Sílvia Pérez Cruz

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Sílvia Pérez Cruz
Sala Barts, Barcelona. 15 de abril de 2013

Que una propuesta de música mayormente tranquila, intima y relajada, sea capaz de llenar una sala de casi mil personas como es la Barts, y no solo una vez sino dos, dice mucho de esa gran artista en la que se ha convertido Sílvia Pérez Cruz. Y más aún cuando se trataba de la presentación de su disco 11 de Novembre, un disco que ya había sido estrenado hace un año, y nada menos que en el gran Teatre Liceu de Barcelona, o mostrado en sitios tan emblemáticos como las ruinas de Empuries. De este último evento os recomendamos que leáis la completa crónica que nuestro compañero Federico Francesch hizo en estas paginas. Aún y así su actuación en la Barts fue un éxito total y un presagio de lo que será su próxima gira que la llevará a múltiples ciudades del estado y también a países como Argel o Suiza. Pero es que Sílvia está hecha de una pasta especial. Lleva desde los diez años cantando (aunque antes también lo hacía) y un simple vistazo por los variados discos que ha grabado sirve para darse cuenta de que, si ahora le ha llegado el reconocimiento, ha sido por su enorme trabajo, constancia y por qué no, también por un poquito de suerte. Y si decíamos lo de “especial” era por algo. Tiene una voz capaz de enamorar a cualquiera a primera escucha, posee un timbre con una intensidad y delicadeza fuera de lo común, además de un dominio extraordinario y una naturalidad excepcional.
En esta ocasión estaba acompañada de un cuarteto de músicos, el inquieto Raül Refree Fernández a la guitarra, banjo, ukelele y mandolina (con múltiples de pedales y efectos), Mario Mas a la guitarra y laúd español, Juan Antonio Pich al violonchelo y Miquel Ángel Cordero al contrabajo, pero es que cuando ella cantaba, parecía eclipsar yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Sílvia Pérez Cruza los cuatro. Además se mostró más bella cuanto más espacio tenía, cuanto más silencio le rodeaba. No nos equivocamos si decimos que está a la altura de las mejores, y se nos ocurren nombres como Estrella Morente, Mariza o Dulce Pontes, además tiene el camino abierto no solo aquí, sino también en Europa o cualquier país, independientemente del idioma.
Ella es muy consciente de que el probar distintos lenguajes, flamenco, pop, folk, fado, jazz, etc. sin tener que dominar ninguno, le ha hecho encontrar el suyo propio, con el que es capaz de transmitir puro sentimiento.
Quizá notéis en mi cierta predisposición a ensalzar su figura, pero estoy seguro que las casi mil personas que fuimos a verla, también la tienen. Porque Sílvia nos hizo sentir como si estuviéramos en el salón de su casa. Nos hablaba y contaba, en voz baja, el por qué de una canción o contaba pequeñas anécdotas. A veces se quedaba sola acompañada por uno de sus músicos y siempre cuando acababa, le abrazaba y besaba. Se recogía el pelo o lo dejaba suelto según cada canción o a veces también tocaba ella la guitarra.
Si habéis leído la crónica de nuestro compañero Federico Francesch que os comentábamos, diremos que el repertorio no varió en exceso del de Empuries. Aquí empezó con el tema de Blancanieves (Saeta) acompañada solo por el chello y ya nos puso la piel de gallina a todos. Otros momentos memorables fueron esas dos canciones que personalmente coloco entre lo más emocionante que se ha hecho en años, y que son Pare Meu e Iglesias, con una interpretación simplemente magistral. También Cucurrucucu Paloma fue soberbia y ahí Sílvia contó que es una canción triste, y yo afirmaría que le “encantan” esas canciones trágicas porque en su voz cobran mayor fuerza y tensión. O las Corrandes d’Exili acompañado solo por Raül Refree con las que pasaba de cantar con una potencia pasmosa a un mínimo susurro, mientras Raül “jugaba” con su guitarra eléctrica y sus pedales. Esto si que es “metal” dijo Sílvia cuando la acabaron.
Tras más de hora y media con su bis incluido, se despidió con todo el público en pie. Como muestra de su generosidad aún hizo un tema más a petición del público, Gallo Rojo (que grabó en Entre Tierras, el disco de Coetus) que nos dejó literalmente flotando.
Es todo un lujo estar asistiendo y disfrutando en directo del crecimiento exponencial y continuo de una gran artista como es Sílvia Perez Cruz. ¡Disfrútenla!. +Info | Relacionados | Miguel Amorós | Fotos: Montse Morales.