Festival de Fado Barcelona 2021
Carminho 29/09/21 Fábia Rebordão 30/10/21
Después de escuchar a Frederico Carmo (productor del Festival) hablándome de los diferentes estilos de fado, tenía ganas de comprobarlo con dos de las voces más importantes del fado del siglo XXI. Dos mujeres con voces muy diferentes y con dos maneras antagónicas de presentar un espectáculo. Mientras Carminho se presentaba en el primer tema sola con su voz y una iluminación de farolillo rojo (totalmente portuaria) metiéndose de golpe en las entrañas más profundas del espectador. Fábia Rebordão, dejaba que fuese su trío instrumental, Rui Poço a la guitarra portuguesa, Jorge Fernando a la viola (o guitarra clásica) y José Ganchinho al bajo los que iniciaban el concierto, con un fado precioso dónde mostrar la importancia de la música. Siguen en escena los tres músicos pero se añade la voz de Fábia que todavía está entre bastidores, creando más tensión para que el público la “necesite” Fábia es una diva, la manera de presentarse, el vestido enorme que cuándo lo abre puede hacer suyo todo el escenario, la manera en que usa ese chorro de voz para dejar claro quién es Fábia Rebordão. Los músicos saben cómo trabajar con ella dejando mucho espacio y aun que Jorge Fernando está detrás de producciones, arreglos y seguramente dirección musical, en escena es tan discreto como los otros dos músicos. Pero volvamos al primer día, Carminho después de su entrada en solitario, cede protagonismo a los músicos que le acompañan, André Dias a la guitarra portuguesa, Flabio Cardos a la viola, Tiago Maya al bajo acústico y Pedro Geraldes al lap stell y guitarra eléctrica, entran a llenar ese espacio que se ha convertido en una especie de teatro (las luces aun que dificultaban la labor de los fotógrafos eran un elemento imprescindible para entender la propuesta) De nuevo se impone la diferencia de espectáculo, Carminho busca la teatralidad del espectáculo, Fábia busca la luz que muestre su grandeza. Ambas mujeres hablan en castellano por lo que los comentarios que irán apareciendo a lo largo de sus espectáculos facilitan al público comprender un poco más la riqueza de los textos. Ambas mujeres presentaban disco, el de Carminho María, Warner, 2018 trabajo anterior a la pandemia que por fin escuchábamos en directo, Fábia su reciente Eu Sou, 2021. Pero ninguna de ellas se limitó a presentar el disco, ambas tiene suficiente material para estar tocando esos más de noventa minutos que duraron ambos conciertos. Marinha explicó que María es su nombre y además el nombre más usado en Portugal tanto en hombres como en mujeres, por eso escogió este título. Después de esta presentación se fue al fado más alegre, aquí la guitarra portuguesa de André Dias es esencial. Nos fue explicando Carminha su interés por modificar algunas letras de fados antiguos para poder sentirse más cómoda en su interpretación y nos cantó “si no vienes con amor, mejor no vengas” Carminho quiso después llevarnos hasta la poesía de Pessoa, Bon dia amor. Aquí sí que pidió la participación del público para el estribillo. El escenario iba cambiando de luces, por un momento Carminho se fue a un extremo y un foco la iluminaba en diagonal mientras la banda trabajaba como un cuarteto de jazz, las aportaciones de Pedro Geraldes al Lap stell te llevaban a imaginar que tienen en común el blues del Mississippi con el fado de Lisboa. Después de presentar la banda quiso hacer un tema más eléctrico y proponernos otra Carminha que investiga nuevo sonidos sin abandonar su estilo. El público estaba tan entusiasmado que le aceptaba todos los cambios que proponía. Después de explicar que a ella Barcelona le recordaba a Brasil y que le gustaría cantar en catalán, pero que de momento solo se atrevía en castellano y para ello había escogido una canción de Sara Montiel, nada menos que el Quizás, quizás. Para cerrar quiso reflexionar sobre las peleas entre los puristas del fado y los que no lo son, hizo broma sobre que los flamencos no tenían nunca esas peleas, y con un fado alegre que te volvía a hermanar con el swing más bailable cerró una noche mágica. Como te decía al principio Fábia Rebordão, había empezado con un instrumental de su trío un tema con un ritmo frenético y después en la segunda canción, un fado clásico con mucho espacio para la guitarra portuguesa, fue apareciendo en escena y llenándola ya para toda la noche. Primera demostración de cómo eleva su voz, silencio de instrumentos y sensación de diva operística. Había empezado con dos clásicos uno de Amalia Rodrígues y otro de Fernando Mauricio seguramente los dos grandes cantantes de fado, siguió con un compositor brasileño y la viola de Jorge Fernando fue escudero ideal para esta preciosa canción, como siempre una guitarra (o viola) y una voz fueron suficientes para levantar emociones, un momento muy especial. Advirtió Fábia que a partir de ahora “voy a necesitar que cantéis conmigo” y así empezó una noche de pedir colaboraciones, el público estaba encantado, consiguió un buen clima, aunque a un servidor no le acaba de convencer esas colaboraciones “forzadas”. Pero para los gustos colores. El bajo mete una línea curiosa y ya tenemos otro tipo de fado, con letra rápida y unos estribillos dominantes. Lo que le iba perfecto para volver a meter al público en enjundia. La mayoría de fados que cantó Fábia eran alegres, y con estribillos pegadizos, de repente hizo un cambio y también quiso cantar en castellano, una versión muy bien arreglada del clásico de Serrat, Lucía. Otro momento grande de la noche. La guitarra portuguesa jugando con ecos preciosos. A continuación las guitarras se vuelven instrumentos de percusión y antes de que lo pida nadie, el público ya está coreando con aplausos el nuevo tema, complicidad absoluta. Fábia explicó que había recogido una letra de 60 años atrás y ella ahora ha querido cambiar la letra para acercarse más a la mujer portuguesa actual, pidió a los músicos que desenchufaran y dejando el micro se fueron delante del escenario para ofrecer “a pelo” este precioso homenaje a la mujer actual. Demostró de nuevo su potencia de voz y su entrega total en escena. Seguían las sorpresas, con los primeros acordes de la guitarra clásica era fácil descubrir que el siguiente tema era nada menos que Alfonsina y el mar. Con una dicción muy clara, con una entonación perfecta Fábia reivindicó de nuevo la figura de la poetisa Alfonsina Storni. A destacar de nuevo los arreglos instrumentales. Y su voz segura en los momentos sin música. Y ahí no acababa la fiesta, seguían fados alegres, más palmas y así hasta que el tiempo se nos vino encima. Una noche de fiesta de las que tan necesitados andamos. + info | relacionados |Fotografía de Carminho: Dani Álvarez