Windisch Quartett
Chaos, Hout Records, 2020
Hace unos días me llegó este trabajo del cuarteto liderado por el pianista alemán Julius Windisch. Nunca había oído hablar de él ni de ninguno de sus compañeros de aventura. A la primera escucha (antes de buscar información) me di cuenta que la propuesta era arriesgada pero muy atractiva. Era el momento de buscar información sobre la banda. En el piano y composición Julius Windisch, al mirar su página web en el apartado proyectos encuentras ocho formaciones diferentes, está claro que desarrolla mucha música y no pretendo abarcarla de golpe. En este cuarteto que nos ocupa sus compañeros son: el saxo alto Sölvi Kolbeinsson y en la sección rítmica Max Santner en la batería y Felix Henkelhausen en el bajo. No creo que ninguno de ellos haya cumplido los 35 y todos alternan este cuarteto con otras formaciones de lo más diverso. Vamos con el disco en cuestión. El primer tema que da título al trabajo es Chaos, casi cinco minutos de caos controlado, aunque el principio es desafiante ya que las dos manos de Windisch parecen querer confundirnos mientras que el saxo alto de Kolbeinsson sopla contra la lógica y todo parece apuntar al caos, pero la sección rítmica está trabajando para limar asperezas y lo consigue, Pain tiene una entrada de balada, pero con una lentitud exagerada que inquieta y atrae. El trio se instala cómodamente en ese formato que definió como nadie Bill Evans, y continuaron gente como Myra Melford, hasta que inesperadamente entra el saxo de Kolbeinsson y se instala en unos agudos casi inalcanzables pero susurrantes, una preciosidad de tema. El siguiente es Wohin, dúo tenso de piano y contrabajo, de nuevo la entrada del saxo es la que consigue reconvertir el tema. Un free jazz que te obliga a posicionarte como oyente ¡poca broma! Zulassen cambio radical, unas percusiones latinas se instalen cómodamente en el disco, en el puente el saxo pasa de acompañar el ritmo a desviarse buscando otros matices y arrastrando con él al cuarteto. Easter al igual que Pain entra suave buscando colores más cercanos al pop, con algunos juegos que miran de reojo a la electrónica, es el tema en que el cuarteto trabaja más unido (por el momento) buscando ese sonido más cercano a una banda de pop. Leere es otro cambio radical, un potente contrabajo, un piano melódico y una entrada de saxo típica del bop, aun que pueda haber notas que quieran marcharse todo está bajo control, el jazz de cualquier cuarteto de hard bop revisado por unos jóvenes sin complejos, otro gran tema. Freude amd Zhnrad vuelve el free, los agudos de Kolbeinsson, los toques secos del contrabajo de Henkelhausen y el piano siempre creativo de Windisch, los tambores de Santner dan un fondo que te remite a la inevitable negritud del jazz. Porque por mucho que nos intenten confundir, no te olvides que el cuarteto está haciendo jazz, un jazz del siglo XXI pero jazz al fin de cuentas ¡afortunadamente! Gräit es un tema cortito, un minuto para saxo y piano totalmente romántico y otro minuto para que la sección rítmica intente escribir (parece un tecleo de las viejas Remington) encima de la melodía. También usan este juego para introducir el último tema del disco Wassolldas, regreso a aquella percusión latina que mencionaba antes para ir enlazándola con la búsqueda incesante de un cuarteto que tiene más preguntas que respuestas, en el fondo es lo que denota que un proyecto sea interesante, la búsqueda de sonido. O mucho me equivoco o Julius Windisch será uno de los nombres a seguir desde ¡Ya!
+ info | Foto: Lea Schmitt