Uri Caine Trio
47 Voll-Damm Festival Internacional Jazz de Bcn
Conservatorio del Liceo, 29 de octubre de 2015
En esta ocasión el pianista de Nueva York venía apostando por el jazz y se traía dos escuderos de categoría, Marc Helias al contrabajo y Clarence Penn a la batería. Penn ya me sorprendió muy gratamente en el 2011 cuando vino con la orquesta de María Schneider en este mismo festival, ahora irreconocible con el pelo al cero, a los pocos minutos ya me había conquistado de nuevo. Helias acostumbrado a tocar con la más selecto del free jazz, desde Braxton a Cecil Taylor, pasando por Ray Anderson, ya acompañó a Caine en el Gershwin Rhapsody in blue de 2013. Una sala no muy llena, con bastantes estudiantes con ganas de aprender, recibía calurosamente al trío. Empieza Caine lanzado y quien pueda que lo siga, Helias pulsa con mucha seguridad marcando el tempo al maestro y Penn aporta un susurro que irá creciendo a medida que el tema tome cuerpo. Cada 8 o 10 minutos la música toma otro camino, dando la sensación de suite libre, donde el trío se va adaptando tanto a las improvisaciones de Uri Caine como a los tempos que marca Helias, pero no nos engañan, de hecho sólo juegan con el viejo blues. Helias coge el arco y juega en este segundo tema a pellizcar ideas, Caine parece dudar entre el centro de su piano o los atractivos extremos, Penn en un segundo plano, de momento sólo pone acentos. Caine parece buscar ideas claras entre la amalgama de colores que le propone Helias, ahora el trío va al unísono y suena espléndido, Penn crea magia desde la sencillez es un buen momento para presentar armas y en pequeños solos alternativos dejan claro el nivel interpretativo de los tres. Un largo sólo de contrabajo inicia el tercer tema pero cuando el trío vuelve a estar conjuntado no puedo sacar los ojos de la batería, los pies de Penn parecen los de Cassius Clay, vaya baile, y las manos cambian de escobillas a palillos o a mazas para pequeños detalles, tiene un toque seco pero cargado de ecos, suave pero contundente, me tiene ensimismado. Como era previsible acaba con uno de esos solos de batería que tanto me gustan poco ruido y mucha dificultad de coordinación. De repente Caine entra en otras músicas, de todos es sabido que a este hombre le interesa tanto Mahler como Randy Newman. Como no, Penn aprovecha la libertad para traer el funky a primer plano, si no fuese el conservatorio, más de uno empezaría a bailar. Poco a poco Penn saca una fuerza que había contenido, Helias, marca el ritmo para que nadie se olvide donde estábamos y Caine juega a pasearse por la historia musical de su país, incluso con pequeñas gotas de heavy, no todo va a ser perfecto. Animado ante un público fiel se lanzó Caine a jugar con el teclado, con el tempo de Monk y la elegancia de Porter sabe crear escenas únicas y con esa sección rítmica que lo entiende a la perfección uno tiene la sensación de estar delante de uno de los mejores tríos de jazz actuales, a la salida unos jóvenes comentaban, ¡demasiado sencillo! BOLUDOS. + info | relacionados | Candido Querol