Theon Cross
25è Alhambra Festival de Jazz de Vic. Espai ETC 06.5.23
Uno de los conciertos más esperados de este festival era sin duda alguna el de Theon Cross, gente de diferentes puntos de Cataluña aparecimos por la sala de Vic para comprobar porque este tubista (interprete de tuba) tiene algo especial.
No sé si es tu caso, pero un servidor conoció la música de Theon Croos al mismo tiempo que la de Sons of Kemet. Por si alguien no sabe de qué hablo, comentaré que los Sons of Kemet son un cuarteto (con posibles variaciones) con Shabaka Hutchings (saxo y clarinete) Theon Cross (tuba) y dos bateristas Tom Skinner y Eddie Hich su disco Your Queen is a reptile, Impulse! 2018 llego a mis oídos más o menos al mismo tiempo que el Fyah, 2019 de Theon Cross, y en ambos discos se trataba de dinamitar un jazz que a veces lo necesita con urgencia.
Si Hutchings es un saxofonista de lo mejorcito del momento, la compañera de Cross por aquel 2019, era nada menos que la saxofonista Nubia García. Y para esta ocasión en Vic la saxofonista era Chelsea Carmichael (que ya ha confirmado su presencia en el festival de Vitoria de este 2023) Como puedes comprobar, palabras mayores.
Bueno pues eso, que había que ir a Vic a escuchar esta descarga sonora que pronosticaba nuestra pareja junto a la batería de Patrick Boyle y la guitarra de Nikos Zarkias.
Lo primero que hay que destacar es su sincero homenaje a una música que estos jóvenes han vivido en su adolescencia, ese reggae “inglés” que escucharon mezclado con el funky y el jazz. Eso creo que sólo ha ocurrido en Reino Unido. Y esa mezcla da para mucho, aunque también es cierto que en algunos momentos puede resultar un pelín repetitiva.
Pero vamos con la sesión en cuestión. Lo primero que destaca, por supuesto es la tuba, Cross está soportando durante más de una hora un instrumento que pesa 13 kilos, es normal que en muchos momentos tuviese la necesidad de apoyar un pie sobre los altavoces o dónde podía. No dejó de soplar, ejerciendo de contrabajo para marcar esa línea dónde trabajaban el resto del cuarteto o para extraer sonidos negros que impulsaban al baile, él mismo no dejó de moverse por el escenario.
En el saxo Chelsea Carmichael, que en ningún momento quiso impresionar por su potencia, pero que en todo momento impresionó por la calidad de su sonido, que bonito toca esa mujer.
El concierto no tenía una estructura de tema tras tema, más bien Cross iba empalmando descargas sonoras, dejaba que hubiese algún solo de saxo, algún solo de guitarra, pero en general era un continuum. Es verdad que a mitad de concierto, dejaron solo a Zarkias y el guitarrista se alejó por caminos psicodélicos que estuvieron muy bien. Por supuesto que la electrónica estaba siempre presente, tanto en los pedales de Zarkias como en el ordenador que tenía delante Cross al que recurría continuamente para los efectos de su tuba.
En la batería, Boyle, me gustó mucho su seguridad con el compás, los momentos en que él y Cross lideraban me recordaba que en el fondo el drum & bass, andaba por ahí. Sin alardes pero con una precisión envidiable, sabía dar el fondo perfecto para que sus compañeros “bailaran” encima de su trabajo. Más de una hora en que la música no dejó de rodearnos en una atmósfera que te atrapa. Y todavía hubo un bis, en total más de 90 minutos de cuatro músicos trabajando duramente para un espectáculo que merece mucho la pena. + info | relacionados | Fotos: Joan Cortès