Rachid Taha | Zoom

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Rachid Taha

“Zoom”,Naïve 2013

 

Incombustible, enérgico y verosímil, Rachid Taha ha vuelto con un noveno disco cargado de detalles interesantes, colaboradores, casi mágicos, y el brío y la potencia de su voz, las guitarras y la mescolanza árabe de sus composiciones. Grabado a medio camino entre Paris y los estudios de Real World en Londres, de la mano del productor Justin Adams (el cual ha trabajado con Robert Plant, Tinariwen o Juju, por citar los más conocidos), el argelino afincado en Lyon firma un completísimo trabajo con diferentes eslabones. Los invitados parecen haberse escogido con gracia y salero: Mick Jones, ex-Clash, Brian Eno, Rodolphe Burger, Cheba Fadela y Jeanne Added. Un engarce perfecto que hace pensar que las piezas del puzzle se han preparado a conciencia para crear una obra de por sí sola atractiva. Claro está que sin un contenido acertado, por mucha guarnición que se le ponga, el tema no fructificaría. No es el caso en Zoom. Taha, cuajado ya en experiencias previas, sabe que su voz, su mixtura árabe occidental y la potencia rítmica de sus composiciones consiguen cierto magnetismo único. En sus anteriores trabajos, ha sabido obtener una caracterización propia y en Zoom parece rubricar ese camino intenso y emocionante. Vuelve con espíritu punk/rock, enlazando guitarras eléctricas con el laúd árabe y mirando al futuro.

El trabajo musical de Rachid Taha engancha sin ser meloso, quizás más bien, por esa aptitud irreverente, pero también de respeto al sonido materno, y de sus aprendizajes sonoros. En Now or never, de Elvis Presley, tal como hizo el Rey, juguetea con el famoso O Sole Mio. También utiliza la voz de la cantante egipcia Oum Kalsoum (la máxima vocalista del mundo árabe) en Zoom sur Oum. Concluye con una nueva versión de uno de sus éxitos, Voila voila, en donde Brian Eno perfila nuevas miradas, también junto a Eric Cantona, Femi Kuti y Christian Olivier, en un discurso y claro compromiso contra la xenofobia. No dejaré pasar también el aire a western, o casi mejor, a espagueti western, con valor, atrevimiento y cierta amable y simpática chulería. Si el Jinete Pálido, o el mismísimo Clint Eastwood fuese árabe, sin duda, ese sería Rachid Taha cantando acompañado de sus músicos. En definitiva, una creación que embelesa enfortece y anima sin dejar mal sabor de boca a los que van buscando raíz, sorpresa y descargas eléctricas. Disfrútenlo. + Info | Relacionados | Antonio Álvarez

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