Pascal Comelade
Pascal Comelade
L’Hospitalet de Llobregat, Centre Cultural Barradas
20 de octubre de 2006
Este hombre es único. Y aunque para el profano todos sus conciertos sean iguales (un juego de niños con instrumentos de miniatura), para este servidor cada velada es única y maravillosa. Uno creía que al tener dos trabajos nuevos en el mercado (Spontex Sinfonia y La manera més salvatge, ambos en DiscMedi), el concierto recogería la novedad de los temas. ¡Te equivocaste, amigo! Aunque en una hora y media el ritmo de Comelade (no parar y nada de comentarios) da para mucho, el quinteto se dedicó a disfrutar con los sonidos que le hacen feliz. Así, los grandes temas de Trafic d’abstraccion (Dsa, 1993) y de L’argot de bruit (Dsa, 1998) aparecían entre nuevas joyas de características parecidas. La banda estaba formada por Jean Paul Daydé al bajo (quien, por cierto, se llevó una reprimenda del jefe por no estar atento al piano y perderse una repetición de La sardana dels desamparats), Didier Banon a la batería y la guitarra, Pep Pascual y Gerard Meloux, ambos merecedores de espacio propio. Pascual fue el cómico de la noche, capaz de sacar sonidos y ritmos de cualquier sitio. Ahí va un ejemplo para que os hagáis una idea. Tenia que subir en una escala y su instrumento era una pajita (sí, de las de tomar refrescos). ¿Qué hizo? Muy sencillo: mientras soplaba, con unas tijeras iba recortando la pajita para conseguir que fuese cada vez más corta y aumentase en agudos. Sí, ya sé que así nunca llenará un gran recinto, pero el público tenía unos ojos como platos. Meloux, por su parte y entre otras cosas, sacó en el bis un conejo de los de “a ver qué pila dura más” con dos tambores, uno de cuero y otro de metal, que golpeaba alternativamente, mientras él, con su guitarrita y un slide, distorsionaba una música del mas allá y los otros músicos aportaban un cerdito y un dinosaurio que se iban moviendo por el escenario. Todo en una sinfonía fuera de tiempo y lugar. Y dicen que no hay nada nuevo. // Cándido Querol