Martín Meléndez
Martín Meléndez
Rompiendo fronteras y hermanando ritmos.
Este violonchelista cubano, residente en Barcelona desde hace ya diez años se ha convertido en un músico asiduo no sólo en la noche barcelonesa sino en un nombre imprescindible en cualquier proyecto novedoso de los que giran sin fronteras.
Me gustaría que te presentaras para todos aquellos que no te conocen.
Soy cubano, y la culpa de todo esto la tiene mi abuela. Ella enseguida vio que me gustaba la música y quiso apuntarme a piano, o violín, pero estaba todo lleno así que teníamos que escoger entre el fagot y el violonchelo. Y como mi abuela dijo que no conocía el fagot, nos quedábamos con el chelo, así de fácil.
Y de verdad le encontrabas gusto al chelo.
Al principio por supuesto que no, era muy grande , no sabía qué hacer pero después le encuentras semejanzas con el saxo tenor, en la sonoridad, aun que más suave.
Pero tu primera música es la cubana, ¿no?
Bueno, estudio clásica hasta los dieciocho años, pero ya estoy escuchando latin jazz, después lo tradicional Charlie Parquer, cuando llego a España, Bill Evans, y un montón de discos de jazz que no te los acabas.
Pero en tu generación estando en Cuba ¿primaría el hip hop, no?
No creas, había hip hop, pero en mi círculo estábamos muy pegados a la tradición, seguíamos escuchando Irakere, e incluso los Van Van.
Por que el fenómeno Buenavista Social Club, ¿ya se había producido?
Si, cuando tenía quince años fue la explosión, ya era fácil tener acceso al son y a la música cubana mas campesina.
En cambio hay otra generación mayor, que busca en las raíces más africanas, estoy pensando en el último trabajo de Manuel Machado, o en Omar Sosa.
Si, en Cuba siempre encontramos unos músicos preocupados por la santería, y muy interesados por los sonidos más africanos y otro grupo de jazz latino, y un gran grupo de amantes del regaetoon, jajaja.
Tienes un disco nuevo con AupaQuartet, Up. Y parece que está triunfando.
La verdad es que tenemos muchos bolos, ahora volvemos a China, ya estuvimos el año pasado y han vuelto a contratarnos, a la gente le gusta comprobar que un cuarteto de cuerdas no tiene porque ser aburrido, nosotros podemos improvisar sobre música cubana, éxitos de Michael Jackson o música china.
Pero no sería justo quedarnos en este proyecto, solamente, sabemos que estas metido en otros muchos.
Casa Camarón, hace un mes que se inauguró, está en Roger de Flor, y es un encuentro increíble con flamencos, en unas jams que me gustan mucho. Una fusión de latin jazz y flamenco increíble, me han llamado para estar fijo con el bajo eléctrico. Yo estuve muchos días, durante dos años en tablaos, aprendiendo, y me fue genial. También con Chano Domínguez aprendí un montón. También estoy en un proyecto de música serbia, que también me gusta mucho , ya que tienes que pensar en otros compases.
Barcelona es ahora mismo interesante para tu futuro musical.
Barcelona ahora mismo es la ciudad que tiene más futuro musical. Por cierto también con Marco Mezquida (uno de los fenómenos actuales), estuve haciendo un trío en el Guzzo club del Borne y en febrero me ha llamado para un concierto suyo.
¿Cuando llegaste a Barcelona ya no recibiste más formación?
Si, como no, entre en el Taller de Músics para hacer armonía moderna con Vicens Martín. Uno de los mejores. Ahora está conmigo en Tremolo una escuela nueva donde ambos estamos de formadores. Ahora me interesa mucho la música «céltica» pero no lo que entendemos por céltica sino un movimiento que ahora mismo es muy fuerte en Escocia y también en Galicia, no puedes perderte lo que será el Fiddle Congres a celebrar en Galicia pero también en Barcelona, aquí lo promueve ESMUC. También me interesa el Bluegrass que está haciendo ahora mismo Cassey Driesen.
Veo que no te aburres, suerte con todos estos proyectos y ¿la próxima cita en directo?
Bueno, yo recomendaría pasar por Sant Andreu el día 26 para escuchar el proyecto de Ernesto Aurignac.
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