Marta Casas
Marta Casas
«Soniando», Nuevos medios, 2015
Quiera o no quiera Marta Casas se la va a etiquetar como la cantante que fusiona jota y jazz. Pobre es la explicación pero puede servir para aclararnos en tiempos de dudas. Esta mujer nacida en Barcelona pero de madre oscense, ha vivido el folklore aragonés de cerca y ha estudiado jazz en el conservatorio, así pues está capacitada para sacar adelante este proyecto original y hermoso. Ha usado el trío básico de jazz y cuando hace falta les suma la bandurria de Jesús Vidal que entra de lo más natural. A un servidor, que a pesar de haber nacido en Teruel, la jota nunca le ha aportado gran cosa, le ha tocado la fibra, hace días que escuchó este trabajo y me gusta cada vez mas. La jota triste, con la que arranca el disco empieza con bandurria y trío, dejando claro que la fusión es posible, la voz todavía está al servicio de la música y el contrabajo demuestra que la libertad jazzistica de momento prevalece. No es así en La luna, aprovecha unas jotas de estilo y aunque el piano de Gabriel Zenni juegue con el latín jazz, cuando canta Marta Casas la jota domina, y además me parece precioso que domine desde el control de la voz tan maravilloso que tiene esta mujer, nada de grititos histriónicos. La dama d’Aragó es una canción popular catalana, el trío disfruta con ese ritmo divertido, pero no es un tema que vaya a sorprender. Las Esbriznadoras, canción tradicional aragonesa, que después de ser arreglada por todo el equipo se ha transformado en una mezcla curiosa, al principio mantiene la tradición, después Marta saca a relucir su amor por las grandes damas del jazz, técnicamente bien resuelta, supongo que en directo sirve para improvisar. S’ha feito de nuey, es una composición de José Lara, El contrabajo de Eric Kopetz marca el compás a seguir y la voz de Casas sabe el espacio que le corresponde, buen folk cocinado por buenos músicos de jazz. En Mi amor por Jaca vuelve la bandurria de Vidal a fundirse con el trío pero aunque musicalmente el resultado es correcto, para mi gusto la letra «pesa» demasiado. No porque no me guste como canta Marta Casas, sino porque la letra parece no encajar. Al contrario que Las águilas de Aragón, de Salvador Ruíz de Luna, el texto no es fácil de encajar, pero ahora la voz de Marta Casas, va creciendo y en cuanto el piano y la bandurria se ajustan ella sabe adueñarse de los espacios y cantar la jota con una templanza maravillosa. Soniando, tema que da título al trabajo también es una composición de Lara, ahora es un dúo entre el pianista Juan Pérez Rodríguez y la voz de Casas, una voz que sabe cuando entra y sale del folklore propio y cuando puede usar otros folklores aprendidos para redondear el tema. Muy bonito. Arriesgado y bonito, qué más quieres. Para cerrar, bandurria de Jesús Vidal, la guitarra necesaria de Armando Ayora y dos jotas de estilo, La Magallonera y Flor de albahaca, sencillamente preciosas, ojala pudiera escuchar siempre así las jotas, con ese respeto y sabiendo aguantar los silencios. + info | relacionados | Candido Querol