Maria del Mar Bonet. Saba de terrer. Homenatge al Pare Ginard
Centre Artesà Tradicionarius. 11-12/2/2022
La cantante mallorquina Maria del Mar Bonet presentó el pasado viernes 11 de febrero en Barcelona un completo recital, titulado Saba de terrer. Homenatge al Pare Ginard, dentro del marco de los festivales BarnaSants y Tradicionarius, en el que ofreció las canciones más tradicionales de su repertorio, a modo de homenaje al Pare Ginard (1899-1976), un cura franciscano de familia payesa que recogió en cuatro volúmenes, bajo el título Cançoner popular de Mallorca (publicados entre 1966 y 1974), más de veinte mil canciones tradicionales mallorquinas. En una rueda de prensa anterior, Bonet admitió que el cancionero del Pare Ginard ha sido probablemente la mayor influencia que ha tenido en el terreno artístico y que su cariño por esas canciones es total desde que era una niña y, ya de adulta, significó un punto de partida para su trayectoria artísitca, ya que desde su primer E.P. (editado en 1967 por la discográfica Concèntric y titulado Cançons de Menorca) no ha dejado nunca de cantar canciones tradicionales.
En el concierto ofrecido en el CAT, Maria del Mar estuvo acompañada por Dani Espasa, al piano y acordeón, y Borja Penalba a la guitarra. Ella misma, además de cantar, también tocó la guitarra y el cuatro. Antes de empezar el recital, la mallorquina confesó estar muy contenta de actuar en el prestigioso escenario del Centre Artesà Tradicionarius, en el barcelonés barrio de Gràcia, y recordó que iba a ofrecer su repertorio más tradicional, con temas extraídos de sus álbumes Cançons de festa (1976), Saba de terrer (1979), Cançons de la nostra mediterrània (que grabó con el grupo Al Tall en 1982) y Cavall de foc (1999). Precisamente, el título de su espectáculo Saba de terrer está inspirado por la poetisa mallorquina Maria Antònia Salvà, que decía que la canción popular era la saba (savia) de Mallorca. Un pensamiento que la popular cantante parece haber hecho suyo, como ha demostrado con creces, haciendo también suyo el pensamiento del homenajeado Pare Ginard que pensaba que las canciones populares eran la tierra mallorquina hecha música y concebía la música popular como un árbol cuyas ramas llegan a las nubes y cuyas raíces se arraigan a la tierra.
Una preciosa metáfora que sirvió a Maria del Mar Bonet para arrancar su concierto con una Cançó de bressol, que dio paso a Voldria tornar a Bellveure, El comte i la pastora, y una de sus primeras canciones (a las que se refiere como de Horta), la entrañable Petita estança que está dedicada a uno de sus grandes amigos, el desparecido fotógrafo Toni Catany. La Tonada d’espolsar ametles, en la que Bonet se acompañó de dos cucharones de madera a modo de orgánica percusión, precedió a un tema de sus últimos discos, Ultramar: el cubano Amorosa Guajira, en el que la mallorquina adapta una melodía popular cubana a una letra rescatada por el Pare Ginard.
Con el público ya totalmente entregado a su manera única de cantar, Maria del Mar entonó un par de tonades de treball con las que aprovechó para denunciar la dureza del trabajo del campo y sus deficiencias de infraestructura; “es lo más duro que hay”, expuso.
La jota Com un mirall (compuesta con el que fue uno de sus guitarristas, el aragonés Javier Mas, y con la que consiguieron el premio a la Mejor Canción en Catalán en la IV Edición de los Premios de la Música 2000) fue seguida por el romance Blancaflor, del que Bonet destacó su magia; la Tonada de collir figues (estremecedora, acompañada al piano de forma extremadamente delicada por Dani Espasa) y la muy popular en su repertorio Aigo, que provocó la primera gran ovación de la noche. Emocionada, Bonet siguió con Joan, d’on vens?, que, explicó, aprendió a los once años de edad en un coro de niñas; Mateixa felanitxera (jota con mensaje de empoderamiento femenino), Tonada de treure aigua y la Cançó d’esterrossar, una canción que habla de la sed de amor que cantó casi a capella, acompañada por la percusión de Borja Penalba en su guitarra. Una nueva ovación para la mallorquina, que emprendió la parte final del recital con la canción popular de Menorca Enamorat i al.lota, la traviesa Un vespre de ball de màscares y otro de sus hits, No trobaràs la mar, en una original versión acompañada por el piano de Espasa. La glosa La mort de Na Margalida, esa cançó popular de aires aflamencados que Bonet canta como nadie, provocó nuevamente aplausos y vítores, y le siguió la ingenua Me n’anirè de casa, también recibida con estruendosos aplausos.
Maria del Mar aprovechó para ponerse en pie, majestuosa luciendo un elegante vestido negro, y cantó sin acompañamiento instrumental y sin micro la Tonada de segar, que pusó punto final al concierto, con el público aplaudiendo puesto en pie. Ante la insistencia del auditorio, como bises eligió su clásica Jota marinera y la jota de su autoría Sempre hi ha vent (dedicada a su hermano, el cantautor de Els Setze Jutges Joan Ramon Bonet). La también clásica en su repertorio So de pastera fue el broche ideal para esta noche de celebración de la canción popular, pues Bonet se lanzó a cantarla, a capella y sin micro nuevamente, al borde del escenario, arropada por sus músicos que la palmeaban.
Una vez más, Maria del Mar ha vuelto a demostrar la versatilidad y autenticidad de su arte, que la han convertido en figura de referencia de la canción popular.
Fotos: Juan Miguel Morales