Luar Na Lubre
Centre Artesà Tradicionarius (Barcelona), 28 de marzo, 2021
Hubo un tiempo en que la música de raíz celta tuvo en Europa una importantísima repercusión social. Ahí queda el recuerdo a bandas como Capercaillie, Clannad, Gwendal o Milladoiro, por citar sólo unos cuantos nombres. Pocas son las que han sobrevivido con el cambio de siglo, pero las que se mantienen pueden presumir de un público entregado y muy agradecido, como quedó patente en el último concierto que Luar Na Lubre dieron en la Ciudad Condal, en el marco del Festival Folk Internacional Tradicionarius. Luar Na Lubre recalaban en Barcelona por dos motivos muy significativos. Por un lado, como colofón final de la 34ª edición del mencionado festival de músicas folk. Por otro, para presentar su reciente disco Vieiras e Vieiros (2020, Warner). Dado que todo evento cultural anda capado por razones de seguridad sanitaria a causa de la epidemia de covid, el aforo se quedó pequeño para la cantidad de entradas vendidas, por lo que se optó por convocar dos sesiones de concierto en una misma tarde. Sin duda una experiencia agotadora para la banda, pues invirtieron 90 minutos ininterrumpido en cada una alternando piezas más rítmicas con otras más melódicas y reposadas, pero siempre dotadas de una brevedad muy acentuada debido en parte a la urgencia por no sobrepasar los horarios impuestos por el toque de queda sanitario. Arropados por un sonido muy cuidado donde se destacaba cada detalle, Luar Na Lubre dejaron de lado los aires más bucólicos y pastoriles de otras ocasiones pretéritas, redundando más en los temas más bailables y directos, sin ambages atmosféricos. Considerando que algunas veces compartieron escenario hasta 9 músicos, queda demostrado que no se anduvieron por las ramas por lo que se refiere a sutilezas instrumentales. Bieito Romero, líder absoluto de la banda, actuó de maestro de ceremonias y trufó con un ánimo pedagógico cada presentación de los temas para explicar su origen y principal motivación, dirigiéndose al público en su lengua vernácula mientras que la actual vocalista del grupo, Irma Macías, lo hacía en un catalán más que aceptable enfundada en un bonito vestido de mangas anchas. Su voz brilló notoriamente en canciones como O Peregrino Agochado, que interpretó encapuchada para conferir mayor dramatismo a su actuación, o Chove en Santiago, basado en un poema de Federico García Lorca. Los tiempos de mayor gloria internacional del grupo fueron los que enmarcaron su encuentro con Mike Oldfield, quien incluyó en su disco Voyager (Warner, 1996) una versión de O Son do Ar –rebautizada pertinentemente como The Song of the Sun– y la invitación a participar como teloneros durante la gira Then & Now (1999). Luego siguieron revisando no sólo las músicas de raíces gallegas, sino también el folk portugués y las viejas tonadas medievales que han sido la tónica de sus últimas grabaciones, incluyendo este nuevo Vieiras e Vieiros. Sus inquietudes musicales y etnoculturales les han llevado a colaborar con artistas tan dispares como Pablo Milanés, Lila Downs, Miguel Ríos, Carlos Jean, Pedro Guerra, Luz Casal, Ismael Serrano, José Ángel Hevia, Víctor Manuel o las Orquestas Sinfónicas de Galicia y Bratislava. Sin embargo, Luar Na Lubre esquivó toda licencia gratuita al pasado para centrarse casi exclusivamente en la promoción de su último álbum. El subtítulo de Vieiras e Vieiros no deja ningún lugar a dudas respecto a su contenido: Historias de peregrinos. Aprovechando que el 2021 será bendecido como Año Xacobeo, Bieito Romero ha volcado en el proyecto una ingente cantidad de investigación sobre la riqueza histórica y patrimonial de las sonoridades que forman parte de las rutas de peregrinación hacia las tierras compostelanas. Otros trabajos pretéritos se inspirarían en las Cántigas de Alfonso X el Sabio o el Leabhar Ghabhála, el libro escrito por monjes del siglo XI que recoge todas las crónicas de las distintas invasiones que celtas que se aposentaron en Irlanda, para esta ocasión la fuente documental más consultada ha sido el Códice Calixtino, datado en el siglo XII, pero también leyendas populares como la de la misteriosa sombra que se proyecta en uno de los muros de la Catedral de Santiago, la cual corresponde según algunos a un noble francés que no alcanzó a expiar sus pecados antes de terminar El Camino, mientras otras voces afirman que se trata de la de un capellán que quiso fugarse con una feligresa, pero que aún la espera porque ella nunca se personó a la cita. Por su parte, Dugium describe una de las ciudades anegadas por el Atlántico que, como las más de cien que se contabilizan por la zona, fue castigada por su querencia a las deidades paganas, mientras que Mártiros e o Vákner narra las tribulaciones de un peregrino armenio que se enfrentó con la bestia de nombre Vákner, mitad oso y mitad lobo y quizá emparentado con la también mítica Bête du Gévaudan (Francia). Muchas de estas historias fueron recuperadas en su momento por Elías Valiña (1929-1989) quien, junto a otros curas con espíritu etnológico como el Padre Galo –sobrenombre con el que era más conocido el poeta asturiano Fernán Coronas (1884-1939)–, devolvió a su conocimiento popular el viejo rito de los caminos de peregrinaje. Según el citado Valiña, el Camino de Santiago no acababa ni mucho menos en la Catedral de Compostela, pues eso pudo ser una indudable apropiación de la iglesia católica, sino que por el contrario seguiría hasta Muxía por ser, en el mapa peninsular, el último trozo de mundo conocido hasta el siglo XV. No en vano se enraíza en Finisterre: el fin de la tierra, tal y como revela una canción de Luar Na Lubre como No Cerebreiro. El concierto que ahora nos ocupa arrancó como un vendaval con una versión de Fonte do araño de Emilio Cao, en la que se subrayaba ante todo el protagonismo de los vientos –flautas y gaitas– y de las percusiones, las cuales cobrarían una especial relevancia durante toda la sesión, sobre todo en los hits O Son Do Ar y Dum Pater Familias, animoso single de su último trabajo discográfico, cantado en latín. Los aires tribales se harán notar más aún en piezas como Vákner o Camiño dos celtas, la cual rememora en clave de reel la ruta atlántica que enlazaba Galicia con las islas británicas, mientras que la introducción que preludiaba Na Romería emparentaría su estilo con la propuesta estética de unos Jethro Tull. Los acercamientos pop vendrían de la mano de la animosa Benvindo con la que Luar Na Lubre saludan a los peregrinos que llegan a Santiago, un edulcorada repesca de Camariñas con fondos sintetizados y Tu Gitana, que la banda dedicó al llorado Jordi Fàbregas (1951-2021), que fue de hecho el principal impulsor del Tradicionarius. Como bordón, Luar Na Lubre obsequió a un entregado público que no paró de bailar en los palcos una suite en la que se mezclaban las Muñeiras de Poio con la tradicional Sailor’s Hornpipe con la que volvían a agradecerle a Mike Oldfield su confiada apuesta internacional. + info | relacionados