Carola Ortiz
Pecata Beata, Microscopi, 2021
Carola Ortiz es una de las compositoras más originales del panorama actual, y no pienso solo en Cataluña, ya que sus anteriores trabajos Sirin y Spirala tuvieron muy buena acogida por todos los sitios dónde se presentaron Europa, América, India (y quedó anulada una gira por Australia) La cantante y clarinetista de Terrassa es una viajera inquieta y ha sabido impregnarse de todas las sonoridades que ha ido encontrando en sus viajes. Pero centrémonos en su último trabajo. Pecata Beata es un viaje de vuelta a casa, diez composiciones para rendir homenaje a algunas de las poetas más significativas de la literatura catalana. Quiero destacar la manera de trabajar los arreglos, aunque toda la música la ha compuesto Carola Ortiz y ha hecho los arreglos generales, ya advierte en los apuntes como ha dejado a Alexis Tobias que se encargue de los arreglos de percusión y a John King lo mismo con las cuerdas. Cuánto más escuches el disco más gozaras de estos arreglos, igual que la parte correspondiente de guitarra y violonchelo donde dejará que Bartolomeo Barenghi y Sandrine Robilliard respectivamente aporten lo suyo. Bueno vamos con los temas. Empieza todo con Corro per la nit (Anna Gual) una atmosfera noctámbula para introducirnos en una espiral balcánica las percusiones de Tobias y las cuerdas tensan la atmósfera la voz va subiendo en espiral hasta que planeando por las tinieblas se escapa. El testament d’Amèlia (tradicional) la guitarra española de Barenghi se acerca a la bulería pero el clarinete de Ortiz vuela libre por los paisajes que le apetecen y por la historia de nuestro pueblo. Jugando con el tiempo y los espacios (grande Tobias) la libertad jazzística se funde con la historia medieval. Sirena (Mercè Rodoreda) una preciosa habanera con detalles de fado, intenta escuchar por detrás del violín ese contrabajo de Pau Lligadas, un tema atemporal precioso, y Ortiz que cada día canta mejor. Visc per no morir – La exiliada (Montserrat Abelló) un bolero arrastrao arrabalero de cualquier parte del mundo, la guitarra de Barenghi, los clarinetes de Ortiz, la viola de King, el violonchelo de Robilliard todos trabajando para que el barco se deslice suavemente por el horizonte. Ala, Bat! Sí, Adèu (Rosa Pou) cuerdas y voz, una voz que juega y arriesga saliendo victoriosa del reto, un fado que se te clava en el corazón y te hace sufrir, de nuevo la grandeza de la compositora que deja tanto espacio a los instrumentos como a la voz, todos tienen mucho que decir. Amat i amic (Carme Cuasch) aquí encontramos aquel sabor de la música hindú que recuerdo de su concierto presentación de Sirin en el Tradicionarius ¡qué noche la de aquel día! Siguen con Avui les fades i les bruixes s’estimen (Maria Mercè Marçal) la voz de Ortiz vuelve a jugar arriba y abajo y las cuerdas se deciden entre los ritmos de jolgorio de la alegría gaditana o la jota aragonesa, mientras que las percusiones de Tobias añaden detalles a todo lo que le echen. Cant de juliol (Catarina Albert, que firmaba como Víctor Català) ahora el clarinete de Ortiz nos lleva hasta la música de Mickey Katz y ese humor tan judío. Carmeta es un instrumental dedicado a su abuela, Tobías con todos sus juguetes, el contrabajo de Lligadas el clarinete de Ortiz y ese sabor de verbena mediterránea que podemos encontrar en cualquier plaza de los piases bañados por nuestro mar. Para terminar La rosa als llavis (Joan Salvat Papasseit) , el violín de Heloise Lefebvre, la viola de King y el chello de Robilliard de repente Ortiz deja el canto y coge el clarinete bajo y las tristezas que acumula el Mediterráneo, desde Ulises hasta los cadáveres actuales quedan reflejados por un instante en este canto trágico y terrible. Un disco que hay que escuchar repetidas veces para poder apreciar el trabajo de una compositora que no te deja indiferente. Los que recordéis sus inicios con aquel AxisOrca, 2013 os daréis cuanta de cómo va evolucionando su propuesta. Muchas ganas de disfrutarlo en directo. + info | relacionados
