Kevin Johansen
Kevin Johansen + The Nada
Sala Bikini, Barcelona
10 de octubre de 2008
Kevin Johansen y The Nada hicieron gala de una generosa creatividad durante más de dos horas de concierto. El artista, de padre norteamericano y madre argentina, ha forjado una personalísima manera de cantar, tocar, componer, escribir y actuar, que rezuma inteligencia y transgrede fronteras y etiquetas.
Johansen combina tonos de voz graves con agudos, alterna el inglés con el castellano (y el castellano con los sonidos y el argot latinoamericanos), y hace que cumbias, boleros y tangos se abracen con el jazz, el funky y la canción de cantautor con una pasmosa naturalidad. Combina letras de contenido social como Logo, tema que da título a su último disco, o McGuevara’s o CheDonald’s del primer álbum del artista, con canciones de tristeza y desamor, y transmite una gran sensación de felicidad para, acto seguido y sin aviso previo, arrojarte a los colmillos de la melancolía. Y entonces parece apiadarse de ti y te brinda un par de ocurrencias para que te recuperes del golpe y te prestes a encajar los siguientes. Y en ocasiones todo esto sucede en la misma canción. Como en la vida misma.
Mención especial merece esa engrasada maquinaria que es The Nada, una banda de altísimo nivel y perfil discreto capitaneada por Enrique Roizner a la batería (colaborador de Astor Piazzola, Gato Barbieri o Vinicius de Moraes) y completada por bajo, guitarra y dos saxos, que cambian de instrumento como de camiseta.
Tanto el cantante como la banda abordaron el concierto con el sosiego y naturalidad propios del local de ensayo o del sofá, como interpretando en zapatillas de andar por casa un repertorio que destila brillantez, ingenio y un aire casual y desenfadado que esconde, sin embargo, días y noches de composición, síntesis y reflexión.
Entre los muchos destellos que dejó la noche, el homenaje a James Brown en Chill out James, con Johansen lanzando a los cuatro vientos gemidos de soul mientras martilleaba el xilófono, las irónicas Daisy, El incomprendido (donde consiguió que la sala entera se abrazara simulando un baile tradicional griego) y La cumbiera intelectual, o la ácida SOS tan Fashion, que el cantante interpretó armado de una guitarra rosa en la recta final del concierto. The Mucho, visto lo visto. Myspace // Héctor Calvo