José de la Tomasa
José de la Tomasa.
Fiestas de la Vendimia 2009,
Jerez de la Frontera, Cadiz
17 de septiembre de 2009.
Otra noche mágica en que bajaron los duendes flamencos a la Plaza de la Asunción de éste Jerez en Fiestas. Frente a la fachada renacentista del antiguo cabildo, se sentaron dos figuras tan sólo, pues cuando se es artista de verdad, no se precisa mucho más. Por un lado la voz rota y gitana de José de la Tomasa y al toque, la guitarra jerezanísima de Antonio Higuero. José, como heredero de la familia de Manuel Torre, hizo honor a sus antepasados flamencos interpretando los palos más “jondos” del género, con la seriedad y sapiencia que ello requiere. Comenzó con unas malagueñas, para a continuación interpretar unas alegrías que dedicó a El Chano, convencido según dijo que desde allí donde estuviera, seguro que le estaría escuchando. Y levantó de los asientos al respetable y posiblemente hasta el desaparecido artista gaditano. Continuó con una soleá insuperable que dedicó a todos y cada uno de los muchos intérpretes de este palo en Jerez, siguió por tarantas para enfilar por un cante por seguirilla que dijo dedicarse a él mismo, porque sí, algo que hizo presagiar la fuerza y delicadeza con que interpretó este difícil cante que hiere y te rasga en lo más hondo de tu ser. El frío aire del atlántico en una noche encapotada y amenazante de lluvia colaboró si cabe al drama ambiental de la interpretación. Y como no, terminó la actuación por bulerías, porque por eso estamos en la tierra del compás, y el público repuesto del drama del cante, se arrancó con sus palmas acompañando la interpretación de unas bulerías que sabían a antiguo patio de vecinos de la calle Nueva o de calle Cantarería en el barrio gitano de Santiago y también al vino viejo y sabio que se bebe en las tabernas jerezanas. Salud y buen flamenco. // Juan José Peña Rodríguez