Joe Driscoll & Sékou Kouyaté
San Miguel Jamboree Jazz Club Festival
Jamboree, Barcelona. 28 de noviembre de 2014
Que placer cuando todas las buenas expectativas de ver a un grupo en directo, se cumplen y cuando, además, ves que al terminar el concierto, no solo tú sino tanto el público como los músicos, muestran amplias caras de satisfacción. Esto ocurrió esa bendita noche en la sala Jamboree de Barcelona y allí estuvimos para contarlo (y bailarlo).
Personalmente tenía muchas ganas de ver el proyecto conjunto de estos dos creativos músicos en directo. Y si no los conocéis os pondremos brevemente en antecedentes.
Joe Driscoll es un rapero neoyorquino, amante del folk y del nu-blues. Sékou Kouyaté un virtuoso de la kora que toca en el grupo Ba Cissoko de Guinea Conakry. El festival francés Nuits Métis de Miramas (Marsella) les ofreció la posibilidad de colaborar juntos para tocar en una de sus noches del pasado año y, a pesar de ninguno entendía la lengua del otro, la música les unió con un resultado tan satisfactorio que grabaron un disco, Faya, y emprendieron una larga gira.
Justo este concierto era el último de este 2014 y según comentaron ellos mismos, en una de sus ciudades favoritas. Y esperamos que a partir de ahora en una de sus salas favoritas, porque el Jamboree casi se llenó para verlos y con un ambiente inmejorable. Su actuación estaba encuadrada dentro del San Miguel Jamboree Jazz Club Festival y hay que recordar que esta sala acoge, dentro de su programación estable de jazz, por lo menos una vez al mes un concierto con conexiones con la música africana.
Así que allí se presentaron la pareja protagonista y acompañados de los efectivos John Railton al bajo y James Bree a la batería. Empezaron con una sorpresa, una composición nueva, algo que indica que esa unión tendrá continuidad, y fue una canción suave y preciosa donde se apreció la complicidad de ambos músicos y donde el sonido brillante y sugerente de la kora nos embelesó. Siguieron con la envolverte Passport donde Sékou canta eso de “la música es mi pasaporte” y demuestra lo bien que armonizan sus voces. En escena es el de Nueva York el encargado de comunicarse con el público, en inglés, pero de forma muy cercana y simpática, además no para quieto porque tiene el ritmo en el cuerpo, y casi se le sale, mientras que Sékou se muestra más introspectivo, aunque cuando de su kora salen notas increíbles, se le escapan grandes sonrisas. Como por ejemplo pasó en Tanama, un tema instrumental muy rítmico con unas apabullantes y brillantes riadas de kora electrificada, que también sirvió para que cada músico se luciera. A partir de ahí pareció subir la temperatura de la sala. En algún momento de la noche Joe sacó una guitarra acústica con más de un agujero y que con seguridad ha visto más calles que muchos de los que allí estábamos, porque a pesar de que él es un gran “one man band” y excelente “beatboxer”, en ningún momento quiso tomar protagonismo y se centró en potenciar su connivencia musical con Sékou. Joe explicó que en el pasado había estado en Barcelona, que estaba muy entusiasmado de volver a una ciudad que le encanta y en la que nunca hubiera imaginado tocar, y más con ese éxito. Siguieron repasando el disco y cayeron la funky Lady o New York, donde lució la combinación del rapeo de Joe con esa tremenda kora pasada por pedales de efectos (os recuerdo que Sékou tiene el apodo del “Jimi Hendrix de la kora” y por algo será). Con esta última se notó la entrega del público, porque nos hicieron corear a todos el nombre de esa espectacular ciudad americana y sonó bien alto.
Fruto de la intensidad con la que toca Joe su guitarra, alguna cuerda saltó por los aires, algo que nos permitió ver como Sékou improvisaba y se hacía una versión de Stevie Wonder. Pero nos gustaría destacar el tema que da nombre a su disco, Faya, con el que Joe declaró que su unión musical se adentra en muchos géneros, pero que nunca hablan de ellos; simplemente se divierten creando sonidos porque ambos comparten la visión de que toda la música tiene una misma raíz. Y es que justamente Faya suena fonéticamente como “fire” en inglés y que traducido del “sousou” significa “dame el fuego, déjame jugar con él”. Y es que justamente eso hicieron con nosotros. Y lo mismo con ese hipnótico reggae de Wonamati con esos dobles diálogos entre el rapeo y la evocadora voz de Sékou por un lado y entre la guitarra y la kora por otro.
Todo acabó con el público entregado al baile y con otro tema nuevo para el lucimiento de Sékou.
Esperamos verlos pronto de nuevo por aquí o por cualquier festival, se lo merecen. +Info | Relacionados | Miguel Amorós.