Joan Vidal sextet
50 Woll Damm Festival de jazz de Barcelona, 27 de noviembre de 2018
Escuchando este proyecto del baterista y compositor Joan Vidal pensaba en cómo ha mejorado el jazz en este país. No sólo tenemos un elenco de músicos fabulosos (con una buena representación en este concierto) sino que además el nivel de las composiciones de autores como Vidal nada tiene que envidiarle a los grandes nombres europeos del momento. Presentaba en primicia para el festival un trabajo que lleva por título “L’altra cara de les coses” de momento nos ofreció cuatro temas (no sabemos si habrá más en el futuro) empezó la noche con L’altra cara del llit, composición para su hija, o más exactamente para el hecho de ser padres y como te cambia la vida. Empieza el sexteto pero pronto se quedará sólo el piano de Marco Mezquida jugando a dos voces como en una conversación íntima pero siempre leyendo partitura (me da la sensación que Vidal lo tiene todo bastante escrito, y no va a dejar demasiado espacio para la improvisación) repiqueteo preciso de Vidal y los dos saxos tenores de Gabriel Amargant y Martí Serra lanzados en carrera enérgica. Después Serra se pasa al soprano. Buen pulso de Martín Leíton en el contrabajo que se marca un dúo precioso con Vidal. Un tema largo dónde poco a poco hubo espacio para dúos, tríos, o todo el sexteto. Son músicos excelentes muy capaces de improvisar pero la noche exigía rigor interpretativo. Siguió con “L’altra cara de la lluna” una introducción del guitarrista Adrià Plana con el saxo de Martí Serra muy poético, Amargant hizo un solo de los que se recuerdan (poco expresivo en el escenario, a diferencia del inquieto Martí Serra, pero cálido en las notas que nos ofrece) y después llevó el solo a un dúo con la guitarra (ahora hiriente) de Plana. Siguieron con “L’altra cara de la Terra” estaba a gusto Vidal en su función de líder e iba explicando composición a composición el porqué de los títulos, en este caso se trataba de los viajes de Marco Polo al continente asiático. Inicia la sección rítmica un viaje frenético, la batería sugiere destinos desconocidos y posiblemente monstruosos con un gran solo que demuestra que Vidal además de componer de manera muy original es un gran intérprete. Cierra Serra con un sonido enorme en su tenor que uno se imagina como la expresión de sorpresa de los vecinos de Marco Polo cuándo explicara sus viajes. Sigue un dúo simpático y dicharachero de Vidal y Amargant (ahora al clarinete) son temas largos de desarrollos muy interesantes, sin darnos cuenta ha pasado más de una hora y Vidal dice que este nuevo tema todavía no tiene título e invita al público a ayudarle en dicha labor. Yo lo titulará siguiendo el ejemplo “L’altra cara de la moneda” ya que durante todo el tema hay como una tensión en que parece que una moneda gira y gira por un tiempo indefinido sin saber nunca en qué lado se va a quedar. Como no podía ser de otra manera, el sexteto después de una ovación intensa, tuvo que salir de nuevo a ofrecer un bis. Nos anuncia que la serie de las otras caras se ha terminado y que van a recurrir a una composición de su segundo disco Illusionary Rhythms una versión muy libre de una pieza para orquesta y violín. La verdad es que suena diferente a lo que hemos escuchado el resto de la noche, con mucho más groove. Al principio una presentación más clásica con una resolución de balada rota por ritmos fronterizos. Al final el piano de Mezquida puede ser la orquesta y la guitarra distorsionada de Plana ese violín imaginado. Una noche muy interesante por doble motivo, la presencia de seis músicos de lo mejorcito del país y una música original que te permite dejar volar la imaginación y pasar casi dos horas disfrutando de la música ¿o no se trataba de eso? + info | relacionados