Coetus, Orquesta de Percusión Ibérica
Coetus, Orquesta de Percusión Ibérica
CAT Centre Artesà Tradicionarius, Barcelona.
14 de mayo de 2009
El Festival de Percusión de Cataluña ya había ofrecido una primera muestra de lo que Coetus podía llegar a desarrollar sobre el escenario. Eso fue en febrero de 2008, y ahora, en la primavera de 2009, el ensemble, acompañado también de la esplendorosa voz de Eliseo Parra, y de la desconocida pero excelente Silvia Pérez, se muestra más maduro y consolidado. El paso del tiempo, como en un buen vino, junto a la constancia y el deseo expreso de su artífice principal Aleix Tobias, ha favorecido que el resultado alcance la excelencia.
El CAT sirvió de escenario para que Coetus presentara su primer álbum en compañía de amigos, curiosos y profesionales. Y, como mínimo, imagino que la experiencia para la mayoría fue gratificante.
Coetus, que se denomina como Orquesta de Percusión Ibérica (y no le falta razón) mostró un poderío que le abrirá puertas para su conocimiento transfronterizo. La combinación de trece percusionistas sobre el escenario, tocando “mil” instrumentos arcaicos, caseros y, sobre todo, orgánicos, junto a las bellas voces de sus cantantes, augura más que talento.
Los integrantes de la formación han conseguido trasplantar sonidos percutivos de nuestro pasado y sangre para reinterpretarlos en nuestro momento actual, creando bellas armonías, texturas y paisajes para el baile, la escucha y la observación. Si todo percusionista diserta sobre la propia melodía que contiene un ritmo, Coetus es la prueba palpable y audible. El conglomerado sonoro avanza en sus interpretaciones como un todo, disfrutando de la diferenciación, en donde se aprecian las diferentes armonías, los tiempos y silencios, la belleza del sonido latente del propio cuerpo humano. Y en sí, eso es lo más sorprendente de la formación, su latido orgánico, su propia autenticidad, sin aditamentos, además de su plasmación escénica. En un espacio bastante estrecho para semejante número de componentes, como es el escenario del CAT, los miembros de Coetus tocan, sienten, alternan instrumentos y posiciones, evolucionan sobre la tarima como una célula en constante crecimiento. Lo que suena, y lo que no, constituye un espectáculo único. Si a eso le sumamos la dulce y potente voz de Silvia, los bailes y el maravilloso y seductor resto que no hace falta comentar de Eliseo Parra, estamos ante una experiencia que con poco alcanzará mucho.
Así, el concierto es una “anomalía temporal” que hay que ver para disfrutar. El grupo se dedicó a interpretar las composiciones de su trabajo. Sonaron seguidillas valencianas, temas tradicionales de la península ibérica, un tema galaico portugués con sabor brasileño, otros catalanes y mallorquines, creando una suma de diferencias que Coetus logra enriquecer, abriendo mentalidades. No sé ustedes pero yo estoy convencido de que este proyecto puede llegar lejos. Y quiero verlo. // Antonio Álvarez