Javier Ruibal

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Barnasants
Luz de Gas, Barcelona. 21 de febrero de 2015

Cualquiera que conozca un poco el festival Barnasants sabe que Javier Ruibal es un clásico en él. Año tras año muestra su propuesta, a menudo con diferentes formaciones, pero siempre con certeza de calidad y éxito. Y así volvió a ser.
En está ocasión la sala escogida fue la elegante Luz de Gas, que se equipó con sillas para hacer más cómodo y disfrutable el concierto. Si bien no estuvo llena completamente, sí que tuvo un buen aforo con un público, digamos que mayormente adulto, pero muy cómplice y prestado a ese karaoke emocional en que se convierten los conciertos de ese gran artista gaditano. Y es que esas obras de arte en forma de canción que, como dice Ruibal, “son capaces de juntar un acorde brasileño, con un ritmo de Marruecos, para ser cantadas con aire andaluz”, tienen unas letras tan poéticamente bellas y sensibles que llegan a lo más profundo del alma. Además su forma de cantar y su voz, que encierran una enorme emoción, le han convertido en un gran maestro en el arte de la música.
Pero volviendo a esa noche, si el año pasado presentó de manera admirable el que era su nuevo disco, Quedate Conmigo, con el acompañamiento de un cuarteto comandado por su hijo Javi Ruibal, este año lo hizo de forma “casi” desnuda. Y decimos “casi” porque en una primera parte estuvo solo él, con su guitarra e imponente voz, pero en la segunda fue el genio brasileño del bajo y la guitarra Munir Hossn quien le acompañó.
Justo antes de empezar, Ruibal recibió de manos de Pere Camps, director del Barnasants, el premio de la crítica “ex aequo”, junto al cantautor vasco Jabier Muguruza, a la mejor actuación del pasado año. Algo que Ruibal agradeció manifestando que tiene la suerte de dedicarse al mejor oficio del mundo.
Así que una vez hecha la entrega, fue él quien entregó al público sus joyas musicales. Y lo hizo empezando con un repaso amplio a ese mencionado último disco hasta ahora. Sonaron El Niño Del Serengueti donde canta eso de “agua que no has de beber, oro puro que se tira” y quizás por eso lo hiló con Agualuna, un primer clásico suyo y que sorprendió que lo tocara tan pronto. Aunque también le sirvió para enlazar con esa carta de amor de la luna, Once De Abril con la que advirtió: “si la luna os escribe una carta de amor, echaros a temblar”. A Roma No Quiero Ir, Sueño Que Te Sueño, Tu Piloto Cariñoso y Mi Pequeño Buda se sucedieron una tras otra, con ese alto grado de pasión que Ruibal pone en cada una de sus canciones. Pero como siempre le gusta hacer, a continuación nos regaló una nueva, que explicó que ha hecho para la película Lejos Del Mar y que está rodando Imanol Uribe (con quien ya ha colaborado anteriormente). Para dar una idea de lo que iba el tema dejó caer la frase “ya tengo el alma cansada de huir”, sin duda una composición que toca un tema dramático. Siguió después con Los Mares del Surf, dedicada a la hermosa playa de Valdevaqueros en Cádiz y con letra en contra de la especulación inmobiliaria. Al acabar presentó a Munir que le apoyó en Quédate Conmigo, con unos precisos diálogos entre guitarras que demostraron que el brasileño es un fuera de serie. A partir de ahí empezó una teórica segunda parte donde abrieron el repertorio a sus discos anteriores. Las bonitas Besos en Abril y Aurora donde Munir cambió guitarra por bajo y se lució con un solo tremendo, o Bendito Veneno con buena combinación de guitarra y bajo. Así se llegó a la recta final con sus “grandes éxitos”, La Reina De África (de nuevo a dos guitarras), Por Tu Amor Me Duele El Aire, Un Ave Del Paraíso, Habana Mía, La Bella Impaciente y La Rosa Azul De Alejandría, todas a cual mejor. Despedida y vuelta para volver a hacer otro tema nuevo pero que ya le habíamos escuchado antes, nada más y nada menos que A Morente, canción dedicada al maestro y amigo que compuso especialmente para el homenaje que le hizo su familia en la Sala Riviera de Madrid. “Una canción hecha desde la admiración y el afecto, y de tintes más flamencos” dijo Ruibal al presentarla y entre su letra dice: “Siempre saltando fronteras con cantes de contrabando, tú que no tienes banderas, dime que andabas buscando”. Aunque el final fue con el clásico Isla Mujeres que todo el mundo coreó a grito pelado. Y habían pasado dos horas, pero con todos más que encantados.
Y para acabar me gustaría aprovechar la ocasión para hacer una petición al Barnasants en relación a Ruibal, y es que para el próximo año apuesten por Casa Ruibal, el espectáculo familiar que tiene junto a sus hijos y que aúna baile, percusión y cante, y que sin duda merece mucho la pena. +Info | Relacionados | Miguel Amorós.