Festival au Désert
Festival au Désert
Essakane (Malí)
10, 11 y 12 de enero de 2008
Tras el viaje más largo de mi vida (tres trayectos en avión y dos horas en todo terreno: nada excepcional, ya lo sé), dejé caer mis huesos sobre la cálida y finísima arena de Essakane. De repente, llegó a mis oídos el canto de las mujeres del desierto al ritmo del tindé. Y en ese momento ya no necesité nada más. Fue como si el resto del mundo hubiera dejado de existir más allá de aquellas hermosas dunas. Los buenos aficionados a las músicas del mundo sabemos que, poco después de iniciarse el año, un espacio situado a dos kilómetros del pequeño poblado malí de Essakane, distante ochenta kilómetros de la mítica ciudad caravanera de Tombuctú, acoge durante tres días uno de los eventos más fascinantes del planeta. Y esta vez yo tuve la suerte de llegar hasta allí.
El festival combina, repartidas por aquí y por allá, actuaciones más o menos espontáneas de grupos de hombres y mujeres tuareg con los conciertos de grupos locales e internacionales sobre el gran escenario. La logística del evento es, lógicamente, precaria. El recinto que acoge el festival es un conjunto de campamentos surgidos donde, unos días antes, no había nada. Y es un lugar que apenas unas horas después de la última nota musical queda vacío, reflejo perfecto de la cultura nómada de los tuareg. Pero durante esos tres días tiene vida. ¡Y menuda vida!
La celebradísima aparición por sorpresa de la banda tuareg por excelencia, Tinariwen, completó un cartel en el que destacaron la noche dedicada a los músicos bambara de Segou, con el inmenso Bassekou Kouyaté al frente, la actuación llena de ritmo del infatigable Abdoulaye Diabaté, la voz de la aclamada Haïra Arby y el homenaje que Vieux Farka Touré rindió a su padre con algunos de los músicos que le acompañaron durante toda su carrera. Como gratos descubrimientos me quedo con Alkibar J, de Malí, y Noura Mint Seymali, desde Mauritania.
Entre los artistas internacionales, el público disfrutó con el reggae de Tiken Jah Fakoly, uno de los músicos africanos del momento, y valoró la colaboración preparada allí mismo entre los catalanes de Companyia Elèctrica Dharma y los tuareg de Imarhane. Hubo más cosas, claro. Algunas se nos antojaron a la mayoría fuera de lugar, como la banda sueca Hindenburg (con su cantante imitando descaradamente a Robert Plant), el acordeonista austriaco M Monte (ideal para un espectáculo de café-cantante berlinés) o la performance (no se puede hablar de concierto) ofrecida por el grupo canadiense Artcirq.
Otras, por suerte, resultaron mucho más agradables, como una sesión de discoteca, bajo el cielo estrellado del desierto y desde la cima de una duna, compartida por el holandés Mps Pilot, el marfileño JC (protagonista de las noches más locas de Bamako) y quien esto escribe bajo el alter ego de Doctor Batonga!. Pero lo mejor sería que, tras leer estas líneas, te animaras y pensaras un día en preparar la mochila con destino a Essakane. No te arrepentirás. // Jordi Urpi