Ere Serrano
Aujord’hui mon coeur», Youkali Music, 2018
Parece que Ere Serrano le ha cogido el gusto a desempolvar el fondo de armario de crooners y divas de la canción europea. Y sabe sacarle rédito a eso de poner en su piel las mejores galas ajenas de ciertos monstruos del micrófono. Si en su segundo trabajo (Universo Dalla, 2013) revisitaba el cancionero de esa eminencia de la Bota meditérranea llamada Lucio Dalla, ahora se embarca en los callejones de la chanson francesa, buscando el eco sonoro de los cafés de Saint-Germain-des-Prés o de los bistros de Montmartre. Con el trasfondo de una banda rica en swing Ere despunta en clásicos como À bout de souffle (tema principal de la famosa película de Jean Luc Godard, con música de Martial Solal); La javanaise (del playboy Serge Gainsbourg); La bohéme (del recién fallecido Charles Aznavour); Sous le ciel de Paris (de Hubert Giraud); o la nostalgia que rezuma Aujourd’hui, pieza compuesta por la propia Ere y que destila a la perfección la esencia del género galo. Una de las cualidades que se perciben es la delegación y el protagonismo que adquieren los arreglos musicales aportados por Puri Santamaría (artista a la sombra) en detrimento de la presencia vocal, delegando gran parte del peso de la composición en una instrumentación jazzística trufada de vientos, piano, contrabajo y mussette (¿Qué sería de la chanson sin el ubicuo acordeón?), sin por ello perder un ápice de relegancia unas cuerdas vocales que destilan un uso más que correcto del francés, y la práctica del scat, ese recurso onomatopéyico que gastan las grandes divas de la black music, propiciada por la improvisación vocal trabajada con Judy Niemack, Bob Stoloff, Michelle Weir, Barry Harris y Steve Zegree. No faltan a la cita La vie en rose, de la imprescindible Edith Piaf; o La chanson de Delphine, de Michael Legrand, inmortalizada en la película Las señoritas de Rochefort. Habría que destacar el papel que desempeñan Adrián Carrio al piano, Ariel Brínguez al saxo tenor y soprano, Joaquín Chacón a la guitarra, Héctor Oliveira al contrabajo y Giancarlo Spirito a la batería, que dan los pespuntes necesarios con sapiencia y maestría. Ahora que el gran Charles Aznavour descansa en el Panteón de los Ilustres de la Chanson, viene como anillo al dedo escuchar esta providencial antología. + info I Relacionados