Alexander Reichardt
“Playgrounds”, 2019
Alexander Reichardt es un músico alemán residente desde hace muchos años en Barcelona. Aun que había colaborado en varios proyectos, hasta ahora no se había lanzado a publicar un disco con sus canciones. Playgrounds (patios donde juegan los niños) es ahora mismo mi disco preferido desde hace una semana. Destila tema tras tema esa sensación de juegos de niños con normas que se cambian cuando ellos quieren, con ganas de compartir, sin límites de tiempo ni de espacio. Le acompañan músicos que admiro hace tiempo, Juanjo Fernández al piano y teclados, Pau Lligadas al contrabajo y Hilario Rodeiro a la batería forman el trio básico que en algunos temas cumplen perfectamente con ese papel que tenía el trio en algunas formaciones de los 40 y 50, en otros temas, ya hablaremos. En los vientos le acompañan Àlvar Monfort a la trompeta y Aram Montagut al trombón. Empieza el disco con Murciélago, algarabía de chiquillos que desmontará el ritmo de Rodeiro acercándonos a aromas de banda de pasacalles, iremos reconociendo a Lligades en su solo, el juego entre trompeta y saxo y hacia mitad de tema el trombón de Montagut se convierte en la voz que “canta” recordando que el tiempo se acaba y la noche se avecina. Flix Flax, vuelve a ser Rodeiro el encargado de abrir hilo, composición para big band, de aquellas que demostraban porque era necesario un arreglista, el contrabajo de Lligadas consolidando la base rítmica, y los vientos entrando y saliendo a cual más dicharachero. Frescura y swing. Marsella, me comentó el autor que el patio de la portada del disco es Marsella aun que podría ser El Raval de Barcelona, una balada que te atrapa desde la primera escucha, Lligadas, Fernández y Rodeiro disfrutando de lo lindo, la entrada del saxo precisa y preciosa. Desde ya, un estándar para las próximas generaciones. Sakura, palmas y redobles de percusiones, acercamiento a la fusión de jazz con el folklore español, otro gran momento de Lligadas (gran conocedor del flamenco) la trompeta con sordina otro guiño interesante. Whenever you fall in love, aparece la voz de Saphie Wells, y la banda se dedica a cuidarla como a una reina, una preciosa canción de amor atemporal que se adapta bien a cualquier club donde dos personas enamoradas quieran bailar. Hilly Billy, cambio de planteamiento, vuelven a mandar los vientos, el juego es más libre que nunca, se trata de correr por el placer de correr no valen los pusilánimes. Fernández lo entiende y lo acepta. No spring, otro cambio, Fernández se pasa al Fender Rhodes y el saxo de Reichardt investiga nuevas sonoridades, aceptan un estribillo que se repite pero es un tema de mucha más abertura, de los que abren nuevas corrientes, a Ornette le gustaría. Bobby, the babbling bee, y llega el humor de la mano de otra gran voz, se trata de Antonio Navarro, explicándonos la historia de la abejita Bobby que curiosamente brincaba de flor en flor en el terreno de un granjero llamado Parker. Pues eso Bop con mayúsculas. New neighbourhoods, nos trasladamos de un salto al Cotton Club y podemos imaginar con lujo de detalles la orquesta dirigida desde el piano que aprovecha para dejar patente porque Juanjo Fernández es uno de mis pianistas favoritos. Por un momento las imágenes de Reichardt y de Monfort parecen cruzarse con las de Paquito d’Rivera y Claudio Roditi, ¿Por qué será? En Play! Fernández vuelve al Fender pero el sonido latino para mí sigue patente, ¡sigámoslo! Para cerrar A simple ode to summer, sobre una repetición intencionadamente popera nos deja pensando que han pasado tantas cosas en estas 11 canciones que habrá que volver a empezar. Quedamos el lunes 17 a las 20 horas en el Jazzsi, por si quieres comprobarlo de cerca. + info | relacionados