Wayo
“Trance Percussion Masters Of South Sudan”
Riverboat / Karonte, 2013
Una referencia como esta se merece un pequeño repaso histórico. Sudán Del Sur es el país más joven del continente africano. Fue tan solo hace dos años que consiguió su independencia de Sudán, tras muchas décadas de sangrienta guerra civil. En su tierra se mezclan las culturas árabe y africanas. Pero hay mucho más ya que en su vasto territorio se mezclan más de 300 etnias diferentes. El pueblo predominante es el Zande y aunque anteriormente la mayoría de ellos eran animistas, ahora domina la religión cristiana entre ellos. Bien es cierto que todavía perduran muchas tradicionales creencias animistas. La música era muy importante antes en estos ritos religiosos y sigue siéndolo en la actualidad.
Wayo más que un grupo musical, son un pueblo que canta y que toca. El latido de las percusiones es fundamental, pero también lo son los hipnóticos cantos que nos ofrecen y que pueden, sí, acercarte al “trance” sin necesidad de trucos electrónicos ni instrumentos de última generación. El instrumento más peculiar y dominante en este disco de debut es el kpaningbo, una especie de xilófono gigante que se toca entre tres personas. Luego hay montón de tambores tribales que mayormente se tocan con las manos como el gugu y el gazah, la más pequeña de sus percusiones. También es curiosa y característica la utilización de las campanas (anzoro). En su sonido no tienen miedo a mezclar afrobeat, reggae, folk, rock o hip-hop, pero todo desde una perspectiva muy popular.
Entre las 11 canciones que componen el trabajo la variedad es una nota dominante. Tenemos un breve arranque en el que resaltan su orgullo como pueblo titulado Rising power. También tenemos un hermoso tema totalmente a capella como es Zande tribe. Uno de los temas más emotivos en letra y música es Koya mo were we baramu (Now you are like a european). En él comienzan los sonidos de esos particulares xilófonos combinados con esas otras percusiones para luego entrar una voz solista de mujer como líder del tema, acompañada por voces masculinas. En una segunda parte se le da la vuelta y es la voz del hombre la que lleva la voz cantante. Así hasta los 7 minutos que te pueden acercar al trance. La letra hace alusión al regreso de muchos desplazados a otros países tras el final de la guerra y los cambios que esto ha conllevado en ese joven país. El tema Kpaningbo es trepidante y con voces chillonas, mientras Anzoro es repetitivo e hipnótico. También hay un tema titulado Gazah, pues para ellos sus percusiones son tan importantes o más que sus voces. En Mo sana tamoro sin embargo, lo que tenemos es un torbellino combinado de voces masculinas y femeninas. Finalizan con Wa ma bire re kuragi amsmar ni wiri parange re (When you next see me, I will have graduated), que como casi todo el disco circula a velocidad vertifinosa y con gritos femeninos con cierto punto de histeria.
¡Hay que ser muy amante de estos sonidos tribales y puros sólo a base de percusiones y voces para disfrutarlo a fondo! +Info | Txema Mañeru