Víctor Antón Group
Centennial Light Errabal Jazz, 2022
El compositor y guitarrista zamorano Víctor Antón se pregunta en las notas que acompañan este disco, sobre la perpetuidad del arte y más concretamente de la música. En la actualidad la mayoría de la música que se crea parece serlo para su consumo inmediato, sin más pretensión que sirva para una mera distracción condenada a extinguirse con el paso de las horas. Su propósito, muy loable, es que sus composiciones, al igual que esa bombilla que alumbra en la portada, no sea una estrella fugaz.
Antón mantiene desde hace unos años este Group siempre con la intención de compaginar el jazz con la improvisación, para este Centennial Light, ha contado con el pianista vasco Juan Sebastian Vázquez, el bajista madrileño Javier Moreno y la baterista gallega Naíma Acuña. Tanto de Javier Moreno como de Víctor Antón hablamos no hace mucho con Víctor Correa, por su participación en ese maravilloso proyecto del segoviano. Movimiento. En cuanto a Naíma Acuña, la recuerdo en ese otro gran trabajo de Abe Rabáde, Botánica, Nuva Records, 2022. A Juan Sebastián Vázquez, único músico que mantiene de su anterior Changing Gears, 2019. No lo había escuchado.
Pero pasemos a conocer estas nuevas composiciones.
Empieza el disco con BLM, la batería de Acuña nos propone un ritmo complejo y el dúo guitarra batería ya deja claro que no es la música “típica” de estructuras gastadas con el tiempo. El despliegue de medios de Acuña para mí la hacen responsable directa de que este tema suene tan original.
Peach ♯2, cambio de registro, nos vamos hacia territorios más cálidos, ahora será el piano de Vázquez quién destacará desde el principio, ofreciendo una paleta de colores cálida para que a mitad de tema y con mucha naturalidad asuma el control la guitarra de Antón, moviéndose en los mismos parámetros, es como si la guitarra hubiese tomado el testigo del piano pero la manera de correr fuese exactamente la misma.
The cat plan, empezamos con una música que rápidamente identificamos como de película de suspense, a medio camino entre La Pantera Rosa y El Tercer Hombre. Aquí me gustaría destacar el trabajo de Moreno, ese contrabajo que escondido entre todo el grupo va marcando un sendero por el que investigar. Es un tema complejo, cargado de mil matices y respondiendo perfectamente al planteamiento de música para prevalecer y disfrutar con el paso del tiempo.
Best things in life, se agradece un reposo con una composición más relajada, para que la tensión de la anterior remita por unos minutos. Un solo de contrabajo muy bien adornado por la batería y la discreta guitarra. De nuevo aprovecha el puente para que el solo sea de guitarra. Todos los temas sobrepasan los cinco minutos y suele producirse ese cambio hacia mitad para que el protagonismo cambie de actor. Aunque todo el disco es un trabajo de Grupo.
El siguiente tema es el que da título al disco, Centennial Light, podrás ver el vídeo al final del artículo. Tema relajado con mucho espacio para todos, la guitarra por momentos se va a buscar melodías que podrían pertenecer a canciones de pop, pero la pegada potente de Acuña marca un cambio y ahora será el piano quién se encargue de “cantar” la melodía.
Autumn Song, entrada de guitarra (a dos voces) supongo que con juego de pedales y efectos grabados. Y poco a poco se incorporan el resto, con un aire como de vals, el otoño que (un día llegó a Navarrés) ahora llega a Zamora. De nuevo gran momento de Moreno al contrabajo. Un tema muy bonito.
Obsolescencia programada (aumento de cantidad de basura tecnológica) ahora el cuarteto se levanta reivindicativo y para ello vuelve a la música que había propuesto con BLM, esa sonoridad que a mí me recuerda a ciertas épocas de Shorter y Hancock. El grupo trabaja para que la guitarra del líder vuele libre. Antón retuerce el hilo conductor. Después del puente hay todo un espacio para que se luzca el trio. Antón es un gran pianista (lo demostró en el trabajo que te comentaba de Víctor Correa) por lo que es lógico que pueda escribir espacios para el trio con la mirada de un pianista.
El siguiente tema es Amargura, la guitarra parece querer irse al territorio de la guitarra española. No por la sonoridad, ¡es eléctrica a mucha honra! sino por esa búsqueda de “recuerdos casi folclóricos” el contrabajo entiende la idea y ejerce de “pregonero” la batería se subleva y la improvisación asoma cuándo menos lo esperábamos. Por unos momentos, después vuelve ese aire narrativo de la vieja Castilla. Viejo amigo, empieza con el mismo espíritu libre que la anterior, pero ahora Acuña parece querer proponernos otros sonidos, y el piano de Vázquez mira hacia el Atlántico, con ganas de traspasar fronteras, ¡dejémosles la libertad que solicitan, les seguimos sin dudarlo! + info | relacionados