Vicente Amigo
De Cajón! Gran Teatro del Liceo, 21 de noviembre de 2018
Decía el maestro Dino Saluzzi que solo hay dos clases de música, la linda y la fea y esa noche en el Liceo, Vicente Amigo tocó la linda. Casi dos horas, que pasaron como un suspiro, en que el guitarrista dejó claro por qué es ahora mismo nuestro guitarrista flamenco más internacional. Amigo plantea un espectáculo en que la música fluye con un brillo especial, dónde su guitarra destila un licor dulce que no te embriaga pero que nunca te sientes lleno. Parco en palabras pero generoso en música, repartió el concierto en tres partes perfectamente reconocibles. Entró él solo con su Córdoba, dejando claro que aun que nació en Sevilla se siente cordobés. La guitarra sonaba de lujo y esos acordes está claro que sólo se consiguen con muchas horas de toque y con un amor infinito hacia la música. Dio un repaso a temas de sus últimos discos, Tangos del Arco Bajo (Un momento en el sonido, 2005) Autorretrato (Paseo de Gracia, 2009) y Estación primavera (Tierra 2013) al igual que hizo en los últimos años su amigo Paco de Lucía. Vicente Amigo trabaja en sexteto y sabe rodearse de músicos que le arropan con paños suaves pero muy gratificantes. En el cante la voz de Rafael de Utrera (que ya estuvo con De Lucía allá por el 2001) una voz muy aguda pero muy bonita, al principio parece que no va a poder con algunos palos pero de eso nada. En la segunda guitarra Añil Fernández, que la verdad es que no tuvo demasiado trabajo (Amigo estaba imparable y lo tocaba todo) pero lo que hizo fue correcto y necesario, en las palmas y baile El Choro que se hizo de rogar en cuanto a baile, pero cuándo fue el momento, ¡bueno tiempo al tiempo! A la derecha del maestro la sección rítmica, imprescindibles para entender el concepto musical que pretende Amigo. Ewel Vernal al bajo eléctrico y Paquito González a las percusiones. González, estuvo enorme, sabiendo en todo momento adornar la propuesta musical del maestro y aportando esos golpes certeros que ayudan a mantener el compás de los palos mientras Amigo se recrea en falsetas etéreas que pueden o no beber directamente del flamenco. Vernal (que proviene de un grupo de música folk escocesa) también estuvo ahí con un pulso seguro como si se hubiese criado en el barrio de Santiago. Y vino la segunda parte, dedicada al último disco de Amigo, Memoria de los sentidos, 2017 un regreso al flamenco más clásico pero echo por un músico que siempre se siente más músico que flamenco (y eso le honra) inició con La Luna de Talavante, llegó la seguirilla que en el disco canta su “hermano” El Pele pero que en el directo cantó Rafael de Utrera demostrando que puede con todo. Siguió con la rumba de Amoradi ¡que cerca siente Amigo la morería! vino la solea esta vez para Sevilla y fue el momento de presentar a la banda, que después me olvido y me riñen. Y llegó la buleria y aquí señores El Choro se fue adelante y si por él fuese todavía estaría bailando, ¡impresionante! Es verdad que el palo se presta al baile y es verdad que todo el grupo trabajó para él, pero es que parecía que hubiese estado necesitado de bailar durante toda la vida. Y llegó otra sorpresa, ya había anunciado Amigo que le gustaba mucho venir a Barcelona, entre otras cosas para ver a su ahijado, que resultó ser el hijo de Blas Córdoba “El kejio” compañero también de Paco en su sexteto, cantaor de Sabadell que junto a su hijo Jose (al cajón) quisieron sumarse al sexteto para regalarnos unos boleros, las voces del de Utrera y el de Sabadell hicieron unos buenas improvisaciones ( y aun que pareció por un momento que El Kejio se iba a acercar peligrosamente al “cubanismo cigaliano” la cosa se remedio a tiempo y el buen gusto se impuso. Quiso Amigo homenajear a los trabajadores del cuero de su pueblo y lo hizo desde la poesía que sabe transmitir des de su guitarra, el público quería más, y el público lo merecía ya que a las primeras notas de Roma, un precioso Requiem que debería ser el himno de Andalucía (si es que necesitan un himno) muchos de los asistentes al Liceo la reconocieron enseguida y el plauso repentino certificó que una mayoría de público, no habían venido para ver el edificio. Grande, muy grande Vicente Amigo. Músico que hace música linda, y además en este caso flamenco del güeno. + info | relacionados | Fotos: Lorenzo Duaso