Israel Fernández

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SFB El Dorado. Sala Sandaru, 8 de noviembre de 2018

Casi daba vergüenza confesar que un servidor no conocía a este joven cantaor. En el vestíbulo se comentaba sobre la importancia de este joven flamenco nacido en un pueblo de Toledo y formado en el ambiente de Madrid. En la sala nada menos que Miguel Poveda, Mariola Membrives, y mucho aficionado de los que no son asiduos de todos los jueves, ¿será verdad que la noche es especial? Con menos de treinta años, Israel Fernández acaba de sacar ya su tercer trabajo Universo Pastora, Universal 2018. Fue una ventaja venir sin imprentas musicales de ningún tipo, desde el primer momento pude  emocionarme con un cante fresco y muy personal. Acababa de comentarme Pedro Barragán que a pesar de su juventud, bien podría cantar toda la noche por solea, cuándo al comenzar el concierto, las primeras notas de la guitarra de Joni Jiménez ya nos entraron en la solea, y entraron con unas notas limpias ¡que sonido más bonito! cuánto habría que hablar de cómo ha mejorado el sonido de las guitarras, un aplauso a los artesanos que siguen trabajando para conseguirlo. Pero volvamos al concierto, lo primero que me llamó la atención de esta joven voz, es que a pesar de que tanto cantaor como guitarra muestran una estética muy cameroniana, en cuanto al pelo (parecían el vivo retrato de Camarón y Tomatito, hace 30 años) en ningún momento intentó acercarse al cante del de San Fernando. Es un cantaor que arriesga y le gusta irse arriba a y abajo seguro de que no le va a temblar la voz. Y siguen con una taranta, ¡olé el riesgo! A la mina del romero, Jiménez  sabe dejar espacio a esa voz que sale de las entrañas de la tierra y en algún momento uno se olvida incluso de dónde está, sólo existe una voz que te seduce y te atrapa sin remedio. Estaban presentando su último trabajo Universo Pastora en homenaje a La Niña de los Peines, pero también a Pepe Pinto y a Tomás Pavón (de ahí lo de Universo) pero Fernández sabe dónde está cantando y no va a apostar por llegar al público des de la emotividad de los recuerdos sino des de su propuesta. Anuncia unos tientos, y si va bien terminaré por tangos, y tanto que fue bien, Fernández a pesar de su juventud ya lleva el cante por dónde le apetece. Vamos con una seguiriya, sabe coger el cante negro y hacerlo actual, de nuevo Jiménez demuestra ser un gran compañero en los respetos del compás. Después de la seguiriya llegaban momentos de menos tensión, tangos, bulerías, y quiso cerrar por fandangos. Estaba a gusto el de Toledo, con esa voz afillá que tan bien maneja, sabe irse atrás o adelante del micro, aumentando el efecto que pretende. Conoce muy bien los cantes y sobre todo los hace suyos. Era normal que el público quisiese más y Fernández no dudó en comentar, que aunque no lo hago nunca,  voy a cantar sin micro, se fue adelante, Joni Jiménez enseguida alejó la guitarra del micro para no comerse la voz y cerraron con un verso cortito. Escuchando a posteriori el disco me he dado cuenta que,  podían haber cerrado con la rumba La Niña del Paiti en claro homenaje a ese Universo Pastora, pero Israel Fernández sabía dónde estaba cantando y para quién y eso se agradece. Joven pero experto. Le auguro un gran futuro.  + info | relacionados | Fotografías: John Muha

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