Toni Vaquer
Toni Vaquer
Noninó, Underpool 2016
Toni Vaquer es un pianista mallorquín que está estudiando en Boston, pero colabora en proyectos de músicos catalanes como David Mengual o Víctor Correa, tanto en calidad de músico como de arreglista y compositor. Este Noninó (título de una canción de cuna mallorquina) fue un encargo del Estival de Jazz de Igualada del 2015. Una carta blanca para que un músico pueda presentar un proyecto totalmente original. Vaquer asumió el reto y compuso estas siete canciones pensando exclusivamente en los músicos que iban a tocarlas. Encontraremos claras referencias en los títulos y en las músicas interpretadas. Vayamos con el disco. The Kraken Arises, contundente pegada del batería Ramón Prats, se trae un juego muy original cuándo el piano de Vaquer y la batería se quedan solos. Prats se está convirtiendo en uno de los bateristas más solicitados no sólo en Cataluña sino también en Europa, poco a poco se colará el contrabajo de David Mengual, consiguiendo que el trío organice un esquema potente cercano a los tríos nórdicos de finales de los noventa. Los vientos, Joan Mas (saxo alto) y Miguel “Pintxo” Villar (tenor y soprano) reforzaran la potencia de la máquina para cerrar el círculo. “Le Pintx” per un camp de vinagrella, quiero imaginar que este “Le Pintx” hace referencia a “pintxo” Villar y es justamente el saxofonista navarro quien entra soplando desde las entrañas más profundas, acompañado del contrabajo de Mengual, un tema tremendo dónde los dos músicos se entrelazan sin prisas en una composición preciosa, de las de altas horas de la noche, por detrás las escobillas de Prats van adornando la escena. Irán entrando los otros músicos para compartir la idea, pero “Pintxo” y Mengual son los jefes absolutos. Ramón (ahora le toca a Prats) empieza un piano romántico, los vientos le hacen los coros, la sección rítmica de momento trabaja desde atrás. Entramos en un solo de batería, el de Banyoles no tiene prisa en mostrar nada, sólo juega con su instrumento, al entrar el saxo alto de Mas y el piano de Vaquer, el juego se hace más complejo y puedes observar como los ritmos que marca Prats cada vez son más complejos, jugando con compases que proponen el baile, pero un baile atípico. Teràpia nº 5 – The Waiting Game. la guitarra de Dani Pérez inicia (por doble vía, o con efectos que se me escapan) un tema de once minutos que por él solo ya merece que conozcas este disco. Todo un pasaje dónde los músicos te irán descubriendo una composición que como el Guadiana aparece y desaparece con una facilidad asombrosa. Dani Pérez está increíble, el argentino es un guitarrista que sabe instalarse en las composiciones y trabajarlas desde dentro, sin florituras. Como si de una terapia se tratase, la música de Vaquer va entrando en tu cabeza, el sexteto juega a relacionarse de diferentes maneras, los vientos, ahora Villar se ha pasado al soprano, totalmente necesario para este tema. Podría entrar hasta una voz, definitivamente es mi tema preferido, maravilloso. Dani (está clara la dedicatoria) aunque de momento lidera el trio, pero cuándo entra la guitarra de Pérez hay un giro importante. Entra rápida, ¡si hay que seguir a Prats y a Mengual no se puede andar con tonterías! Es este un tema festivo, los vientos te arrastran a una brisa veraniega. Sisan Sisan, el piano se vuelve melancólico, busca entre diferentes fuentes para construir un nuevo manantial, otra composición larga (ocho minutos) con espacio para muchas ideas, momentos dónde Prats se recrea en aventuras casi pastoriles (por el juego de metales que se trae entre manos) le refuerzan los vientos y la guitarra de Dani Pérez. Es de esos temas que en directo pueden decidir homenajear a la Art Ensemble Of Chicago y darnos las tantas sin enterarnos, está claro que son corredores de fondo. Para cerrar el disco Vou Verivou (tradicional mallorquina) es la única composición que no pertenece a Vaquer. Gran trabajo de Mengual que recuerda a Pau Casals en esa sensación de paz tan conseguida. Es un tema cortito pero de gran belleza, la guinda del pastel. + info | relacionados | Candido Querol