Tomatito
Tomatito
Festival de Cajón
Barcelona, 4 de julio de 2008
No cabe duda que José Fernández Torres, más conocido como Tomatito, se ha convertido por derecho propio en uno de los mejores guitarristas flamencos que existe en la actualidad. El pase del artista por el Palau de la Música de Barcelona, dentro del Festival de Cajón, ha certificado el buen momento de forma de este pedazo de artista, que poco a poco ha dejado atras su imagen de guitarrista de acompañamiento de leyendas del flamenco para empezar a crear la propia en vida. Así, el artista ha sabido encontrar su propio camino como guitarrista flamenco y, sin hacer experimentos, ha conseguido un sonido, o mejor dicho, una entorno sonoro único y propio. Su toque es preciso, ágil y rápido a la búsqueda de nuevos acordes, nuevas sorpresas y, lo que es mejor, sin repetir esquemas. Otra cuestión importante es que Tomatito no se ha lanzado a la fusión, a la búsqueda de sonoridades con las que jugar desde el flamenco. Fiel a sus principios, y sin quitar mérito a otros guitarristas que sí lo hacen, el artista se consolida en los palos y vive y toca por el flamenco; un adjetivo que, para él no tiene discusión.
Lo visto en el Palau merece atención. El artista se lució sin protagonismos excesivos. Poco comunicativo, sonriente, con su personalidad y su discreción. En el centro y protegido por auténticas figuras musicales, el guitarrista se volvió uno más, con la tenue percusión de Lucky Losada, y mientras las voces de Morenito de Íllora y Simón Román, brillaban con luz y energía propia. Destacable el papel de José Maya, el bailaor, que echó el resto, llevándose al público con su energía, su virilidad y feminidad. Si el cante y el toque fueron de excelencia, el baile no se quedó en segundo plano y supo hacerse protagonista. En resumen, pocas veces se ha visto en el Palau un fin de espectáculo, previo a los bises, con una respuesta tan rápida y unánime del público a la hora de elevar sus nobles traseros de los asientos, una muestra inequivoca de que el respetable disfrutó y confirmó el arte que este hombre y sus músicos llevan dentro. Y, como colofón, un apéndice al respecto: si José Maya se deja caer por algún lugar cercano a su domicilio habitual y quiere corroborar lo que es la fuerza, la virilidad y la femeneidad del baile flamenco en su figura, intenten asistir porque tendrán la oportunidad de contemplar a un creador que unifica la tradición y la fuerza de la innovación // Antonio Álvarez