The Fabulous Thunderbirds

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - The Fabulous ThunderbirdsThe Fabulous Thunderbirds
Festival de Guitarra i altres acords

Sala Luz de Gas. Barcelona
14 de abril de 2008

Ya han transcurrido más de tres décadas desde que el vocalista y armonicista Kim Wilson fundó la banda junto con el excepcional guitarrista Jimmy Vaughan. Durante la primera década de andadura, Wilson era el escudero y segundo de a bordo de Vaughan, pero tras la marcha de éste, no le costó hacerse con las riendas del proyecto sin desviarse ni un milímetro de los motivos y actitudes con los que habían comenzado y en eso sigue veinte años después de la separación. Y este invento va de rhithm and blues, de blues y de rock’n’roll con ligeros toques de cajun y zydeco, todo ello interpretado al estilo inconfundible de la música de Texas, sonidos duros, sin concesiones, energía pura en la que el toque de la banda aporta una gran variedad de sonidos, un desprecio hacia la pirotecnia vacua y la machaconería de fácil y superficial resultado. Además, lo que hemos visto en esta visita es el resultado de la experiencia acumulada en todos estos años en multitud de actuaciones en locales de pequeño aforo, en los que el dominio del escenario y de las distancias cortas es imprescindible para la supervivencia en el ofici, música mezclada con sudor y ruido de botellas que se impone por encima de esas sensaciones. El amigo Wilson se ha rodeado de un grupo de jóvenes músicos a los cuales deja papeles protagonistas en gran parte del concierto, durante más de la primera mitad se limitó a cantar, a dirigir la banda, a tocar la armónica esporádicamente y a dejar el papel solista en manos de Johnny Moeller, un tipo del cual oiremos hablar más de una vez, de aspecto quebradizo, extremadamente delgado, ni siquiera sudaba, suponemos que por no perder la poca agua que alberga su cuerpo, desplegó durante todo el concierto una frenética actividad a los mandos de su Statocaster, tanto en una serie fantástica de solos variados, frenéticos, inspirados (con algún pequeño error que suma valor en vez de restar), improvisados, como en las ocasiones en que hacía las funciones de rítmica a todo volumen, dejando las partes solistas al jefe o al segundo guitarrista, Mike Keller, un tipo con jeta de estudiante aventajado y loco de laboratorio, calzando una Telecaster. Téngase claro que aunque estos dos chicos llevaban el peso de la interpretación, el jefe controlaba todas las actividades y al final de cada tema indicaba cuál iba a ser el siguiente, una nueva demostración de compenetración del grupo y de dominio de las tablas, aquí nos sabemos el repertorio completo y podemos improvisar según sea nuestro estado de ánimo y la respuesta del respetable, una nueva muestra de respeto hacia los paganos y de savoir faire. A partir de una versión clásica del grupo del tema Early in the morning de BB King, Wilson nos regaló con sus mejores momentos, incluyendo poco después un solo de armónica memorable en el que el grupo lo dejó unos minutos solito en el escenario. Cien minutos sin desperdicio, que para llevar a buen puerto no hay que obviar la sección de ritmo, con el bajista Randy Bermudes (Jazz Bass entre manos, el monopolio Fender al completo) y el batería Jay Moeller, hermano de Johnny, serio, concentrado e inmaculado en su cometido de base rítmica. Para redondear la noche, el fantástico marco de la sala Luz de Gas, un lugar en el cual se puede vivir la música encima de los músicos, acodado a la larga barra o en la tranquilidad de las mesas del piso superior, eso puede favorecer la dispersión, pero no podía ser el caso, el cronista vivió el concierto en los tres ambientes y en todos ellos se disfrutaba de diferente manera la apabullante demostración que se cocía en el escenario. Músculo, variedad y honradez intachable en un concierto mayor, un servidor no piensa faltar a la cita si se dignan aparecer en más ocasiones // Antonio Gázquez