Taberna Mylaensis

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Taberna Mylaensis Taberna Mylaensis
"L´anima du munnu"
Ludos / Pan Records, 1999

Hace una década, Taberna Mylaensis publicó la que sería su mejor obra tras veinte años de silencio. Aunque el grupo se renovó totalmente con la inclusión de miembros más jóvenes, la formación posterior no igualaría los resultados cosechados en este disco. Partiendo de una cita de Hesíodo sobre su musa, la banda liderada por Luciano Maio dedicaría L´anima du munnu a la recreación de viejas tonadas tradicionales que expresaran el amor a la Tierra (y la animadísima y pegadiza Cantu l´amuri da buena cuenta de ello). Las diez canciones que lo componen reivindican de modo lúdico el alma mística del pueblo siciliano en armonía con su paisaje. Desde antes de la Edad Media, sin embargo, muchos tratados sobre el ser humano remarcan su atención en el cuidado no sólo del organismo y el espíritu del hombre, sino también de su medio y su mundo. Respetar el hábitat es, en consecuencia, amarse a sí mismo a través de la naturaleza y, de paso, estar a buenas con dios(es) y demiurgos.
Por eso los diez cortes contenidos en L´anima du munnu glosan símbolos como el sol, la luna, el viento y el mar (Binidittu sia, U suli, Terra bruciata…) o se inspiran abiertamente en invocaciones marianas (como la dinámica Lampabbò… Lampà o Allah muntagna, concebida inicialmente para bendecir la pesca del atún). También hay lugar para sensibles piezas como la que cierra el disco, Cu jé, que quizá sin pretenderlo pregunta sin respuesta si acaso hay un dios al otro lado de las cosas, pero cuyo silencio abandona existencialmente al prójimo a su incierta suerte. Su credo, no obstante, está más cerca del rito dionisíaco y la filosofía epicúrea que al de un monje con cilicio, pues es la gnosis del Amor virtuoso al que loaba Dante y la Gaya ciencia de los románticos lo que mueve los ánimos de la Taberna.
En apenas una hora caben todo tipo de estilos: desde acordes arábico-flamencos y ritmos de africanizados aires hasta melodías normandas o arreglos helénicos en las pasajes de flauta, por ejemplo. Más allá de una voz no muy agraciada, L´anima du munnu presenta algunas pinceladas instrumentales muy interesantes (y no es para menos con semejante amalgama de sonoridades: guitarras, mandolinas, flautas, acordeones, clarinetes, coros y percusiones varias –tambores, panderos, darbukas, djembés y un larguísimo etcétera–) que apenas son breves pellizcos en cada canción, demasiado largas en ocasiones para los tiempos que corren ahora. Eso no es impedimento para acercarse a este (en su momento minorizado) trabajo porque, es justo decirlo, la de Taberna Mylaensis es una música que hace de los funerales un bautizo (como la telúrica Tirrimotu pone de manifiesto) antes de que llegara esa invasión de bandas balcánicas que incitan tanto a los pies a bailar como a las cefaleas a copular con alka-seltzer. Escucharles es viajar a ínsulas idílicas en las que parece haberse congelado el tiempo. Búsquenme allí en los días felices; yo ya he empezado a construirme una ventana por el agujerito de este cedé. www.tabernamylaensis.com // Iván Sánchez Moreno

 

Alla Scala dei Turchi di Realmonte