Sebastián Heredia «Cancanilla» (cante) y Rafael Rodríguez (guitarra)

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Sala Sandaru. SFB EL Dorado 22 del 6 del 2023

Que haya cantaores como “Cancanilla” que sigan desconocidos para el gran público es todo un enigma. Un hombre que ya estuvo acompañando a Lola Flores o al mismísimo Caracol puede tener mucho que contar en un escenario, pero Cancanilla prefirió explicar lo feliz que estaba de tocar en un sitio como este y sobre todo con un guitarrista como Rafael Rodríguez.
Respecto a Rodríguez, poco añadir que no sepáis, ha estado muchas veces en esta sala y siempre ha triunfado. De hecho son bastantes los guitarristas que le son fieles. Así que, con buenas vibraciones por parte de todos empezó la tarde por solea por bulerías, dejó el maestro que Rodríguez mostrara sus armas (que son afiladas) y los ayes entraron con seguridad, el de Marbella sabe lo que se trae entre manos y templa con sabiduría. Sube y baja con seguridad, a sus setenta años está en perfectas condiciones y no se esconde detrás de nada. Rodríguez sabe cómo acompañar por soleá y cuándo intercalar cosas bonitas que adornen el toque por bulerías. Volvió a compartir con el público esa sensación de estar a gusto (los cantaores jóvenes ya no suelen recurrir a estas cositas de los gitanos “viejos”, que saben que están trabajando)
Siguieron por tientos y tangos, se acordó de Pastora, recurrió a letras carceleras y disfrutó de la tragedia para irse acercando, cuándo Rodríguez le empujó, a los tangos más divertidos. En estos ya con la voz más ligera pudo recoger coplas populares andaluzas muy marcadas por el toque alegre de la guitarra. Disfrutó de ir cantando poemas y el eco de Camarón flotaba por el aire.
Volvió a disfrutar de charlar con el público y anunció que iba a seguir por seguiriyas, aquí aprovechó Rodríguez a pedir permiso al público para ensalzar el arte del maestro. Cancanilla remarcó que era la primera vez que actuaba con Rodríguez pero que no se puede tocar más flamenco.  Y que también iba a hacer alguna cosita por tarantos (iba cambiando de idea a medida que charlaba).  Volvió a lucirse en esa entrada por tarantos Rodríguez que sabe hacer hablar a la guitarra como pocos tocadores.  
La verdad es que cuándo guitarra y cante van unidos es cuándo puedes apreciar esa libertad que ambos van demostrando a la hora de entrar y salir en un cante. Sobre todo en cantes libres como los tarantos.  Cancanilla se acordó de algunos cantes que hacía su madre y después de pedirle a Rodríguez que pusiese la cejilla a esos 2 y medio (que solo ellos comprenden) se arrancó por tangos, curiosamente cuándo se iba por tangos acababa acercándose a Camarón, ahora con las coplillas de Como el agua.
Un poco de cachondeo con lo de cantar bebiendo agua (y así descansa un poco) y volvió a pensar en su madre y dedicarle unos cantecitos por soleá, que ya casi no se escuchan.  
También nos propuso si queríamos que al final en las bulerías bailara un poquito ¡Cómo negarnos! Con el arte que tiene este hombre, que además ganó un Giraldillo de Bienal de Sevilla. Así que después de  la terrible soleá ¡qué bien canta la soleá este hombre!  Junto con Rancapino quizás sean los dos gitanos que mejor se acercan, ahora mismo, al cante de soleá como lo hacían Fernanda o Terremoto.  Después de unos intercambios de sillas, quería cantar de pie (como un gorrión) y ya sin micro, hizo unos cantes por fandangos. Unas letras que saben jugar a mezclar con facilidad la tragedia con la bondad, como siempre ha ocurrido en esa poesía popular a la que tanto recurre el flamenco.  Aquí la guitarra entendió enseguida que debía ser discreta, el maestro quería priorizar las letras y le dejó hacer. Y como había prometido, no se fue sin dar unas pataitas en la fiesta de bulerías del final. ¡Qué vuelvan pronto!   + info | relacionados |Fotos: Joan Cortès.    

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