Santiago Auserón
Santiago Auserón
“El ritmo perdido”, Península, 2012
El famoso cantante de Radio Futura, también conocido por Juan Perro, ha escrito un voluminoso estudio Sobre el influjo negro en la canción española. No me es fácil valorar el contenido, ya que por una parte pesa el respeto que siento por la figura de Santiago Auserón como músico y compositor, y el gran esfuerzo erudito que ha necesitado para recopilar todos los datos que justifican este trabajo, pero por otra debo reconocer que ha habido pasajes del libro que me han resultado demasiado “espesos” como todo el apartado en que desmenuza la obra teatral de Lope de Vega buscando escenas o poemas donde encontrar restos de negritud. Aun que el libro empieza en un tono ameno, descubriendo aspectos humanos de Auserón que los fans del músico (entre los que me encuentro) agradecemos, periodos de su vida que nos muestran a un joven “intelectual” y que por fin dan pistas para entender aquel lenguaje tan rico que destilaban la letras de Radio Futura y que años después les da esa frescura que las diferencia de la gran mayoría de “textos” de la movida, poco a poco el Auserón “rata de biblioteca” matará esa frescura y se alzará en investigador “sesudo” dificultando bastante (a mi parecer) la lectura del libro.
Su infancia en Zaragoza, los discos de la base americana aparecidos por su casa, que hicieron posible aquel maravilloso Las Malas lenguas, 2006. Sus primeros escarceos con la guitarra en la Huelva de 1970, El rock y el soul eran nuestra cultura básica, ni la jota, ni el bolero, ni el fandango de Huelva podían competir. Fuimos la primera generación apátrida de España.
Su estancia en París en el 77 y su “obsesión” por Antonin Artaud, una de las claves para esas letras de Radio Futura a que nos referíamos, esa fusión de filosofía y música que diferenciaría en los
Como es de esperar un apartado importante en el libro es Cuba. Cuando se perdió Cuba, resulta que al final se salvó algo de España, en La Habana todavía se encontraban los versos y estrofas del Siglo de Oro español.
Otro capítulo entretenido es el que nos explica su cambio de personaje a Juan Perro (el significado histórico y lingüístico de perro)
El encuentro de Santiago Auserón, Pancho Amat, John Parsons, Tata Güines y Javier Colina (descubriendo el piano de Nat King Cole) hacen posible Raíces al viento BMG Ariola 1996 Una obra de encuentros que debería ser tan mítica como el trabajo que apareció un año más tarde y de mucha más repercusión internacional Buena Vista Social Club World Circuit 1997
La rumba afrocubana (Guaguancó, Colombia, Yambú) liga escuetamente el canto hispano con los tambores africanos, aun que del todo profana, la rumba, se mantiene apegada a la memoria de los cabildos en los días de esclavitud. El Son en cambio busca el afuera, se afirma la nación cubana.
De golpe saltamos a la España de los Árabes, preciosa la reflexión sobre música y celosía.
la diferencia de culturas es notable, La Casida se adapta al ritmo de los camellos, los cantos cristianos a la rutina horaria del culto.
Las nanas españolas, más que adormecer parece que quieran herir la sensibilidad de los niños, comunicarles la angustia en que fueron concebidos. Frases como esta demuestran un escritor comprometido visceralmente con la cultura “truncada” de un país que podría ser diferente. Un país que lleva siglos luchando para que le dejen respirar.
Un país que tiene una riqueza mestiza enorme pero que nunca ha sabido aceptar como un hecho positivo.
En 1565 hay 6327 esclavos en Sevilla y 44.670 en el arzobispado un 7’4 y un 9’7 % del total de la población. Durante mas de 200 hojas intenta Auserón detallarnos la España del siglo XV y del XVI, a mi parecer esta parte del libro se hace “eterna” demasiados detalles matan la idea.
Quevedo y sobre todo Lope de Vega reclaman páginas y más páginas que me resultaron difíciles de saborear, te deseo mejor suerte.
Federico García Lorca y su mapa melódico de España “esqueleto de aire” vuelven a dar frescura al trabajo y cuando parecía que al ocuparse de los gitanos, de cómo sufrieron la gran redada, similar al ataque a los músicos negros en Cuba y cuando aparece la Guardia Civil española para vigilar a ese pueblo gitano, mi corazón da un brinco pensando que ahora Auserón va a centrar el trabajo en el estudio serio del flamenco y otras músicas españolas, pero no es así, prefiere seguir citando a autores de todas las épocas, de Fernando Ortiz a Sócrates, de Gilbert Rouget a Kofi Agawu.
Momentos mágicos que analizan los compases de nuestras músicas más tradicionales se mezclan con estudios de los voces de latitudes que nos son ajenas. En fin un libro serio escrito con el sentimiento y la pasión de un músico que ama la música pero que a mi parecer se ha cerrado demasiado al estudio y durante muchas páginas ha olvidado el ritmo para centrarse en las palabras. Es solo una opinión. + info | relacionados | Candido Querol