Perico “El Pañero” (cante) Antonio Carrión (guitarra)
SFB El Dorado. Sala Sandaru, 10 del 11 del 2022
Otra tarde memorable en la programación de este trimestre. Perico “El Pañero” Pedro Lérida López (Algeciras, 1974) es un cantaor de los de antes, el mismo define su manera de entender el cante. “el cante que a mí me ha llegado es el que he escuchado en mi casa, desde muy pequeño. Más que el cante flamenco yo he vivido el cante gitano. Ese cante que es una forma de quejarse propia del gitano desde jovencito. A mí los cantaores que me llegan son Manuel Torre, Tomás, Juan Mojama, y yo me reflejo en ellos al igual que mi familia, mis tías, mi padre, mi abuela….” Venía acompañado del guitarrista Antonio Carrión (Mairena del Alcor, 1964) y por suerte para nosotros, de su hermano José “El Pañero”. Fue este quien empezó por cantiñas, como ocurría con las hermanas de Utrera, también los Pañero se fueron repartiendo los cantes, para Perico los más oscuros (seguiriyas, solea) y para José los más alegres. José tiene la particularidad que combina el cante con el baile y para eso los cantes de Cádiz son más adecuados. No tarda el cantaor en ganarse al público con sus pasitos y su juego con la chaqueta. Aprovecha Antonio Carrión para repartir todo el salero que conlleva la Bahía. Se intercambian el sitio (el cantaor siempre en medio) y anuncia Perico que va a empezar por solea. Lo primero que destaca de este cantaor es como alarga el cante, en lo que para algunos puede resultar exagerado, para un servidor y supongo que para la mayor parte del público (por los aplausos) dignifica al cantaor. Desde el principio me dejó sorprendido, pocos cantaores actuales cantan así. Carrión sabe perfectamente como acompañarle, le respeta el tiempo que necesita, sabe jugar con el volumen de su guitarra y potenciar el sabor de lo que Perico está guisando. No tiene prisa el cantaor y va empalmando soleas, con espacios para la guitarra que arranca también sus jaleos. Mientras “curiosamente” el cantaor alterna tragos de algo caliente (alguna infusión) con la botella de agua. Solo con esos (más de doce minutos) de solea ya valía la pena, pero quedaba mucha tarde. Siguió por malagueñas, entrada de lujo de Carrión, que estuvo muchos años con Menese y acompañó nada menos que a Chocolate (varías veces durante el bolo me acordé de este gran cantaor) Perico seguía cantando jondo (con ese cante tan gitano) y aprovechando la libertad de la malagueña. Cambio de cantaor, José se va al medio y entra por tangos, es verdad que su cante no es el de Perico, ni lo pretende, pero después de la tensión “dramática” estos refrescos venían muy bien. Y en cuanto se echaba la chaqueta pa atrás ya estaba el jaleo servido, Perico le acompañaba a las palmas y Carrión procuraba no pisarle demasiado. Fiesta bonita con letras divertidas. Cambio de cantaor y se arranca Perico por seguiriyas, su abuela María Cortés Cortés ya las cantaba de una forma magistral. La entrada de Carrión, todo un lujo y “El Pañero” aquí todavía se fue más al fondo de la caverna. Cante prodigioso, perfectamente conjuntado con el toque, uno de esos momentos en que te dejan claro que el flamenco “auténtico” sigue muy vivo. Y seguía por fandangos, empezó recordando a Caracol “Me dicen que soy un demente” dejaba que Carrión jugara un poco entre verso y verso y volvía a lanzarse a tope, el público aplaudiendo a rabiar. Siguieron por bulerías (como era normal se encargó José) Carrión se marcó unas falsetas geniales, y José cantó y bailó como en una buena fiesta jerezana. Acabando en plan Bambino, o recordando a la Bernarda, sin llegar a su personalidad, pero compensándolo con su habilidad para el baile. Quiso Perico apuntarse a la fiesta y cantar y bailar él también por bulerías. Carrión le abrió camino y cantar está claro que no tiene problemas, pero en el baile, ahí a su hermano hay que concederle el primer premio. Cada uno a lo suyo. Una tarde fenomenal, no me importaría pasar la Noche Buena en casa de estos hermanos. + info | Fotos: Ana Palma