Pandit Shubhendra Rao Trio

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - Pandit Shubhendra Rao TrioPandit Shubhendra Rao Trio
Festival Mantra
Sala Oriol Martorell, L’Auditori, Barcelona
4 de abril de 2008

El Festival Mantra de Barcelona y Girona ha tenido la brillante idea de traernos música conocida (Susheela Raman) junto a otras más distantes y desconocidas, como es el caso de los Monjes Tibetanos del Monasterio de Tashi Lhunpo, o, como en el caso que nos ocupa, Shubhendra Rao, un intérprete del sitar, con una trayectoria de éxito en su India natal, y en escenarios que frecuentan estos otros tipos de música.  El intérprete y compositor no es un desconocido y su fama le precede por haber sido alumno y protegido de la figura más conocida e importante de este instrumento, al menos fuera de la India, Pandit Ravi Shankar . Además, sus composiciones están rociadas con las maneras y artes del maestro.
El joven Shubhendra comenzó pronto los estudios de sitar, con tan solo tres años, y posteriormente, a través de más de 19 años de práctica y riguroso entrenamiento, bajo la mirada de Shankar, comenzó a caminar solito y brillando.
El concierto que, a pesar del descanso, se fue a las dos horas y media de duración, se dividió en dos partes. Una primera dedicada a la música clásica hindú, con la interpretación de dos ragas de unos treinta minutos de duración cada una, y una segunda, con composiciones escritas por Shubhendra y por la intérprete del cello. Con no demasiado público, el músico explicó la procedencia de los temas y el porqué de cada uno. Con virtuosismo, espiritualidad y delicadeza hizo sonar uno de los instrumentos más difíciles de tocar del mundo y los presentes no tuvieron más remedio que observar y escuchar con atención para entender la esencia de ese arte y de esa cultura. Tabla y cello acompañaron al sitar con belleza, siendo el primero un auténtico huracán de sonidos y sensaciones, y el segundo, la parte más cercana a nuestra ideología musical.
Si los que acudieron al concierto pensaban que la música hindú iba a ser densa y aburrida, el trío se encargó de desmentirlo haciendo que cada momento fuera único y que la música que creaban atrapara la atención de los presentes. Lástima que fuéramos pocos para poder ofrecerle mucho más calor del que se le dio a los artistas // Antonio Álvarez