Nuevo Planeta (The birth of flamenco cool)

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V.V.A.A.  «Nuevo planeta (The birth of flamenco cool)», Youkali music, 2018

Emulando aquel título del célebre álbum del genial trompetista Miles Davis, lo que aquí se reúne es la alegría de la huerta en lo que se refiere a maridar el género del cante jondo, la guitarra y el cajón con esencias ajenas y que casan también como los ingredientes de un refrescante gazpacho. Mezclar churras con merinas no es ejercicio fácil. Imaginen insuflarle al Sex machine de James Brown unos quejíos por bulerías. Nada más alejado de la realidad ¿O si? En este mundo globalizado con esloganes tipo «Nothing is posible» lo poco probable toma visos de realidad. Quizás es porque se aborda esta ensalada musical sin ningún tipo de complejos y con ingredientes de lo más dispar, pero que se tocan en sus extremos, sea todo dicho, y en la tangibilidad de estos parámetros la ecuación se torna de lo más convincente. No obstante en tiempos algo pasados Lola Flores y Tomasito ya le daban al rap, por no hablar de esa alianza entre maestros de la guitarra como Paco de Lucía, John Mc Lauglin y Al Di Meola, o la aleación de flameco y rock de Triana, Imán Califato Independiente o Tabletóm. Otros valores contemporáneos como Enrique Morente en Omega, o Pitingo, con su revolucionario desparpajo sin vergüenza, han osado traspasar la línea de la ortodoxia ante la incomprensión o el beneplácito del público y la crítica. Prestos a dinamitar absurdas fronteras Nono García, Enriquito, Ole Swing, Patax, Fernando Lamadrid, Antonio Gómez, Paco del Pozo, Antonio Ramos, Afrodisian Orquesta, Juan Antonio Sánchez, Adolfo Delgado, Taylan polat «Flamenturco», Hessam Essam, Flamenco Brothers, Tito García, David Tavares, José Torres Trío y Jerry González y Miguel Blanco nos invitan como Willy Fogg a una vuelta al mundo en ochenta palos (aunque el flamenco no llegue a tantos) donde el duende se pasea por las favelas y playas de Rio de Janeiro, el Quartier Latin de París, las tanguerías del barrio de San Telmo en Buenos Aires o los cafés de El Cairo o Constantinopla. Y de esta guisa, entre ropajes e instrumentos de lo más ecléctico, dejan constancia que esa música universal de Al Andalus es Patrimonio de la Humanidad en cualquier latitud del globo que se precie. + info I Relacionados I Miguel Ángel Sánchez Gárate