Nick Gold, Ali Farka Toure y World Circuit

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Una historia de fidelidad personal

Cuando World Circuit nació en Londres a mediados de los años ochenta, pocos debían imaginar que se convertiría en uno de los más admirados y exitosos sellos entre los que se han dedicado a las músicas del mundo. Anne Hunt y Mary Farquharson dirigían una empresa de management llamada Arts Worldwide que trabajaba en Gran Bretaña con artistas que eran populares en sus áreas de influencia pero desconocidos para otras audiencias. Tras los conciertos, muchos de los asistentes preguntaban por discos de aquellos músicos, discos que en aquel momento no estaban disponibles en las tiendas británicas. Así que Anne y Mary decidieron poner en marcha una discográfica que permitiera que aquellas músicas locales se distribuyeran a nivel mundial. El único requisito para ser un artista de World Circuit era la excelencia musical. 

En 1986 el sello publicó sus primeros álbumes: La Tremenda de la venezolana María Rodríguez y Sounds of Sudan, volume one de Abdel Gadir Salim. Las dos fundadoras se dieron cuenta rápidamente de que necesitaban a alguna persona que se encargara del sello. En este momento, Nick Gold, un estudiante de historia africana y ávido coleccionista de discos, se unió a ellas. El trío consolidó en poco tiempo su exigente punto de vista artístico, exigencia que trasladaron también a la producción, el diseño y la promoción de sus proyectos. Su filosofía era convertirse en un sello que preparara cada disco en función del artista que lo iba a protagonizar. Veinte años después, éste sigue siendo uno de los ejes sobre los que orbita el trabajo de World Circuit. 

En 1987 Anne andaba sobre la pista del gran Ali Farka Touré. Como si fuera un enigma, el guitarrista malí era conocido a través de unos álbumes de difícil localización editados en vinilo por una compañía francesa. Anne viajó a Malí y puso un mensaje en la radio nacional del país. Afortunadamente, Ali estaba en Bamako, en uno de sus escasos viajes a la capital desde su pueblo en el norte del país. Aceptó volar a Europa para hacer sus primeros conciertos fuera de África y para grabar su primer disco con World Circuit [Ali Farka Touré, 1988]. Una canción de ese disco incluye un increíble ritmo de percusión interpretado por alguien que después haría su propia historia: Toumani Diabaté. Grabado en una tarde, este trabajo consiguió más éxito que los anteriores seis discos editados por World Circuit y fue su primer highlight. 

La relación entre los tres propietarios del sello empezó a distanciarse porque Mary dejó Londres para instalarse en México, donde forma parte de la discográfica Corason, y Anne se concentró en otros artistas y festivales. En los años noventa hubo un reparto amistoso de la empresa y Nick Gold asumió la propiedad. Y aunque la reputación de World Circuit estaba creciendo, la compañía seguía siendo una pequeña empresa en la que Nick trabajaba solo o con el apoyo ocasional de una o dos personas más. Llegado el momento de ponerse a trabajar en el tercer disco de Ali Farka Touré [The source, 1992; el segundo fue The river, 1990], Nick estaba temeroso de que Ali fuera tentado por un sello de mayor capacidad económica. Con la sencilla y directa honestidad que le caracterizaba, Ali simplemente dijo “mientras tú quieras trabajar conmigo, yo trabajaré contigo”. Sin duda, ésta fue una enorme demostración de fe por parte de Ali y algo que Nick Gold siempre intentó agradecerle. 

El primer gran éxito de World Circuit llegó de la mano del equipo que formaron Ali Farka Touré y Ry Cooder en 1993 para grabar el disco Talking Timbuktu. A principios de los años noventa se rumoreaba que Cooder estaba interesado en trabajar con Ali, pero cuando el norteamericano llamó preguntando por Nick Gold, el veterano fan no podía creer lo que estaba pasando. Los dos músicos se encontraron finalmente en Londres. Una tarde compartiendo guitarras les llevó a citarse para intentar algo algún día. Ali realizó posteriormente una gira por Estados Unidos y Nick alquiló el estudio preferido de Cooder por varios días con la esperanza de que éste quisiera acercarse y grabar algo. Nick había contactado también con Clarence ‘Gatemouth’ Brown. Cooder apareció en el estudio, con John Patitucci y Jim Keltner, y en apenas tres días el disco estuvo listo. Talking Timbuktu ganó un premio Grammy y vendió más de medio millón de copias, algo increíble para un álbum de esas características. 

En 1998, tras el éxito de Buena Vista Social Club, World Circuit se había ganado una reputación envidiable que llevaba a la gente a prestar atención a cada disco editado simplemente porque llevaba ese sello. Permaneciendo fiel al respeto de la personalidad de sus artistas y en búsqueda de la máxima calidad, la siguiente aventura discográfica de World Circuit fue viajar hasta Niafunké, Malí. Ali Farka Touré sentía cada vez más que sus giras por Europa y Norteamérica estaban rompiendo la conexión entre su música y sus raíces malís. Así que decidió retirarse del mundo de la música y concentrar sus formidables energías en convertir en fértil una enorme extensión de terreno desértico alrededor de Niafunké. A los responsables del sello les pareció lógico que si Ali grababa de nuevo, se hiciera en su hogar, a pesar de que no hay electricidad y no es fácil llegar hasta allí. Nick Gold y Jerry Boys, como ingeniero de sonido, optaron por viajar en coche, con Ali al volante, transportando un estudio de grabación móvil, centenares de metros de cable y un generador. 

Cuando llegaron a Niafunké, Gold y Boys encontraron la localización perfecta para la grabación: un edificio de ladrillo con enormes pasillos y techos abovedados que se encontraba, abandonado como un elaborado disparate, entre el pueblo y los cercanos campos de arroz. Este espacio le dio al disco un tacto radicalmente diferente al de los otros trabajos de Ali. Niafunké, título del disco editado en 1999, tenía el ánimo y el poder que tanto le costaba capturar en los estudios europeos. “Es más auténtico y más real porque ha sido grabado en el lugar al que la música pertenece”, dijo Ali. 

Desde su primer encuentro en 1987, Nick Gold se convirtió en fan de Toumani Diabaté, el virtuoso tañedor de kora. Tuvieron que pasar casi veinte años antes de que Nick encontrara el momento para incluir a Toumani en la nómina de artistas del sello. En el verano de 2004, Nick Gold y Jerry Boys viajaron de nuevo con su estudio móvil hasta Malí para grabar una trilogía en el Hotel Mandé de Bamako. Editado en junio de 2005, In the heart of the moon es un disco de duetos entre Ali Farka Touré y Toumani Diabaté que ganó un premio Grammy. Los conciertos realizados por ambos en el verano de ese mismo año fueron recibidos con entusiasmo generalizado por parte de crítica y público. El segundo disco de la serie fue Boulevard de l’Indépendance, trabajo de Toumani Diabaté al frente de la extraordinaria y pan-africana Symmetric Orchestra, un disco distinto a todos los que habíamos escuchado antes del genial malí. 

La tercera parte de las sesiones en el Hotel Mandé se convirtió, a la postre, en el último álbum de Ali Farka Touré. Savane se completó a principios de 2006 y, desafortunadamente, Ali no llegó a verlo editado, pocas semanas después de haber ganado su segundo premio Grammy, pues murió en su casa de Malí el 7 de marzo de 2006. Ali Farka Touré fue una persona genuina y original. Guitarrista excepcional, recogió la música tradicional del norte de Malí y, sin ayuda de nadie, la presentó a públicos de todo el mundo. Será por siempre un gigante de la música africana y fans de todo el mundo le recordarán a través de sus canciones.

Por Dave McGuire y Nick Gold 
(traducción de Jordi Urpi)