Motown 4 Real
Motown 4 Real
Veranos De La Villa
18 de julio de 2009
Con una mayor entrada tras la muerte de Michael Jackson, el público madrileño acudió al nuevo escenario Puerta del Ángel con ganas de bailar y asistir al homenaje a los 50 años del famoso sello Motown, a la par que al denominado Rey del Pop, ya que el hermano mayor de éste: Tito Jackson acompaña a The Funk Brothers en esta gira celebración.
Para abrir el concierto se escogió a una de las nuevas voces con “sello” Motown: Ryan Shaw. Acompañado de la triada clásica guitarra, bajo y batería, pena de una sección de vientos, Ryan Shaw demostró un poderío vocal digno del sello, a la vez que aprovechó la oportunidad para hacerse la debida promoción y recordar que ha sido nominado a un premio Grammy. Lo suyo fueron cuarenta minutos más que dignos de soul clásico intercalado con pinceladas funk y R´n´B, que terminaron a tiempo, ya que la gente, de lo que tenía ganas de verdad era de ver a los míticosThe Funk Brothers.
The Funk Brothers era el grupo de músicos de sesión que grababa los famosos singles de Motown, que a lo largo de todos aquellos años cosechó más números “uno” que The Beatles, Beach Boys o Elvis. Pues bien, parte de lo que queda de ellos, que es poco, han sido los elegidos para celebrar el aniversario del sello de Detroit junto a Tito Jackson, cantante y guitarrista de The Jackson 5.
Con el cantante Larry Johnson como maestro de ceremonias, Jack Ashford, el único Funk Brother original, y el resto de la banda salieron a escena para interpretar parte de lo más colorido y granado de un repertorio que marcó la década de los 60. Esa era al menos la idea que teníamos antes de empezar. Es cierto que se pasó revista a gran parte de los artistas más importantes del sello como The Supremes o Marvin Gaye entre otros, más obviamente The Jackson 5, y que no dejaron de sonar grandes éxitos más que conocidos por todos como You can´t hurry love, What´s going on, My Girl, Ain´t no mountain high enough, Losing you o Shotgun. Pero a todo ello le falto una pizca de sal para hacer del menú un auténtico plato inolvidable. Exceso de baladas y charla entre canción y canción que propició que el público, con muchas ganas de jarana, no acabase de entrar del todo. La escasa media hora de actuación del esperado Tito Jackson, que no paró de recordar a su hermano como era de esperar, tampoco ayudó al regusto final del paladar. Repasó parte de los éxitos del que fuera grupo familiar con canciones como Abc, Dancing machine o Jailhouse Blues, tras lo cual despareció para no volver a aparecer en el resto del espectáculo.
El menú pintaba bien, los cocineros eran buenos, la materia prima de primera clase y el hambre voraz. Ahora bien, queda demostrado que no se puede comer con los ojos …// Bruno Freire León