Marinah & Chicuelo
Marinah & Chicuelo
Sintonías. Montuno, 2016
En 1996 el encuentro de Marina “La Canillas” (voz) y la guitarra flamenca de Ramón Giménez crearon una onda explosiva que revolucionó primero la música de Barcelona y poquito a poco se fue expandiendo por todo el mundo, el fenómeno Ojos de Brujo (ODB), marcó un antes y un después en la rumba y en la fusión en general. Ahora 20 años después Marinah vuelve a sorprendernos a dúo con otro guitarrista, nada menos que Chicuelo. Cada uno de ellos se ha traído a su gente. Chicuelo ha invitado a dos percusionistas, su inseparable Piraña y a David Domínguez, discípulo del primero y compañero de grandes del flamenco como Juan Ramón Caro. Marinah a su compañero Carlos Sarduy a la trompeta y piano y su bajista de los últimos años de ODB, Javier Martín. Vaya por adelantado que este disco también marcará un antes y un después, les aviso. La música está compuesta por un trío que se compenetra perfectamente, Chicuelo aporta el flamenco, sabe un rato, como acompañante de cantaores, como compositor y como propulsor de nuevas fusiones. Carlos Sarduy llena el disco de Cuba, de esa Cuba que no sólo fusiona con el flamenco sino que busca en África las primeras notas para bailar. Y Marinah, esa libertad, ese desparpajo con que siempre se ha enfrentado al mundo. Las letras son de Marinah, con algunas adaptaciones del cancionero popular andaluz o cubano. Para empezar Afrobeat, la trompeta de Sarduy y el bajo de Martín con un flow imparable nos adentran en la negritud africana, pero no tardará en entrar Chicuelo a dialogar con Sarduy, tremendo, El Piraña llenando todo de ritmo y la voz de Marinah transformando el compás para que tú lo puedas cantar. Bajo la Luna es una chacarera preciosa, Sarduy me sorprende con ese piano que da ese sabor latino, este hombre es toda una orquesta. Dos bailes debe convertirse ya en el single a escuchar en cualquier situación, la fusión de la rumba con esa suave brisa de Bahía, que grande Chicuelo. Y una frase de las que se te quedan, “que la vida son dos bailes, uno pa bailarlo sola y el otro pa improvisar”. Después de la tempestad llega la calma. Sobre un poema de Federico García Lorca sólo la guitarra de Chicuelo en un desplegué de aromas flamencos y la voz de Marinah en un Arbolé para escuchar despacito. Cambio de orilla, Habanera, atención a las percusiones de David Domínguez creando un clima perfecto para que entre Marinah, cantando con soltura, con desparpajo, con tablas. Chicuelo elegante y de nuevo el piano latino de Sarduy. La Volandera es esa incursión en la cuba más negra que comentaba al principio, inicio extraído de la antigua yambú de Ignacio Piñeiro, hermoso encuentro de la guitarra de Chicuelo y la trompeta y después el piano de Sarduy, será emocionante verlo en directo. En este tema Chicuelo está enorme, seguro de lo que hace y rítmicamente impecable. Si fue una primera toma sería para sacarse el sombrero y romperse la camisa. Para acabar Sinelo, como no podía ser de otra manera, un final de fiesta flamenco mezclado con una descarga cubana es igual a esta explosión, ocho minutos de viaje, empezando con aires del moro, detalles marcados de guitarra y percusiones con esa introducción caló que tanto gusta a Marinah. Quizás sea la canción que más recuerda a ODB. Un grandísimo trabajo que espero con ansia escuchar en directo. En la info de Marinah encontrarás su agenda de conciertos, no te lo pierdas. + info | relacionados | Candido Querol