Maria del Mar Bonet
Mas i Mas Festival
Auditori del Born, Barcelona. 1 de agosto de 2015
Teníamos muchas ganas de escuchar el nuevo proyecto de Maria del Mar Bonet, Homenatges, en el que la artista interpreta algunas de aquellas canciones de autores que, por una razón u otra, admira y le son cercanos, rindiéndoles, como el mismo nombre del espectáculo indica, un sentido homenaje.
En un momento en que interpretar temas ajenos parece que no está de moda, y todos los artistas, con mayor o menor acierto, quieren componer sus propias canciones, es de agradecer que una magnifica compositora, como ha demostrado ser, a lo largo de su carrera, cante temas de otros compañeros suyos, poniendo su voz al servicio de unas canciones que ella, en su mayoría, no ha creado, en un acto de amor a la música que los espectadores agradecemos.
Se presentaba en el Audiori del Born, dentro del Mas i Mas Festival, con el acompañamiento de los teclados y la voz de Dani Espasa, las percusiones de Antonio Sánchez y el contrabajo de Jordi Gaspar. Un trio que creó una atmósfera llena de elegancia y sensibilidad, donde unas veces nos acercaban a los terrenos de la música clásica, mientras en otras ocasiones estaban presentes atmósferas más jazzísticas o emparentadas con las músicas populares, pero siempre ofreciendo un colchón perfecto para el desarrollo de los temas por parte de la cantante.
Maria del Mar Bonet, con el piano de Dani Espasa de fondo, iba presentando y comentando, cosa de agradecer, el por qué había elegido cada uno de los temas y la relación que había tenido con sus autores; y así fueron sonando las canciones de muchos de sus amigos y compañeros a lo largo de su carrera, comenzando con, La música del napolitano Enzo Gragnaniello que, como explicó, no sale fuera de su Nápoles natal para actuar, y por ello es, injustamente, poco conocido.
Luego presentó Salónica, que habla de uno de sus lugares favoritos, decía, y que compuso su amigo, el aragonés Gabriel Sopeña. Milton Nascimento, explicaba, le propuso trabajar juntos y con él hizo giras por Brasil y el España, actuando junto a él en Barcelona; una de las mejores voces que ella conoce, dijo. De él cantó Zel de la Terra, compuesto por aquel, junto a Chico Buarque. Tomó entonces la guitarra y canto su canción dedicada a su madre, Mercè, la persona que, explicó, ha sido la más importante en su vida; que le cantaba canciones de pequeña y que, ya de más mayor, le dijo que la libertad la llevamos cada uno dentro. Uno de los momentos más intensos del recital.
Jackson Browne dedicó Cançó per a Adam a un amigo que estaba siguiendo un camino que le llevaba a la muerte; en ella que le decía que si quería podría superarlo. Maria del Mar Bonet confesó que fue un tema que a ella misma, en un momento difícil, la ayudó mucho. Fue el turno luego de Mikis Theodorakis, el comprometido compositor griego con el que ella hasta llegó a grabar un disco, que cumplía 90 años esa misma semana, y del que canto el tema Ciutat Preciosa. Fue el momento de La dansa d’amor, de su amigo Toti Soler al que, dijo, conoció al llegar a Barcelona y del que nunca ha perdido el contacto. Otro homenaje, esta vez a un arquitecto, Antoni Gaudí, con el tema El sentinella, de Montse Gort y Daniel Sesé, donde se explica su trayectoria.
Llegó el recuerdo a Lluís Llach, al que calificó como gran amigo, gran artista y gran seductor, y del que interpretó T’estimo, en una conmovedora versión. Y del Ampurdà al País Vasco, recordando a Kepa Junquera, del que cantó, Maren, una canción de cuna para la hija de aquél, de título misterioso y polisémico. Y luego hacia Galicia, con un poema de Rosalia de Castro, una de las poetisas que como otras en su época debía utilizar seudónimos masculinos para poder publicar. Un poema que, dijo, la fascinaba, Negra sombra, que cantó en el idioma original, como antes hiciera con el tema, Maren. Y siguiendo este periplo peninsular, llegó el turno del Pais Valencià de la mano del poeta Vicent Andrés Estellés, un escritor que, dijo, la acompaña siempre, y al que introdujo realmente en su vida, curiosamente en París, Ovidi Montllor. Fue su poema Les illes, una de las interpretaciones más inspiradas de la noche, con Daniel Espasa creando una atmósfera impresionista con el piano y Maria el Mar Bonet sintiendo y transmitiendo cada una de las palabras. Y sin moverse de aquellos lugares ahora si era el momento de recordar a Ovidi Montllor del que escogió, Homenatge a Teresa, una apuesta arriesgada por la cantidad de versiones que hemos oído de esa canción, que ella superó de forma extraordinaria sabiéndola llevar a su terreno. Uno de los momentos claves del concierto. Arriesgarse a recuperar temas como éste, y ofrecerlos unas versiones tan personales y de un nivel tan alto, bastan para justificar y aplaudir un proyecto como Homenatges.
Y volvía a Catalunya, esta vez con Joan Manel Serrat y No trobaràs la mar. “Un homenaje a un gran amor; y dejémoslo aquí”, dijo. Después era el turno de Joan Bautista Humet, un autor que ella calificó como el referente de la ternura en las canciones; y para refrendarlo cantó Si te me’n vas, con un momento final con su voz y un ligero piano de fondo que hizo explícita esa ternura de la que hablaba. Otro gran autor que todos recordamos, Guillem d’Efak, el gran cantante y escritor con una forma diferente de ver la cançó, dijo ella y para corroborarlo interpretó su Blues en Sol, donde la cantante nos enseñó una de sus facetas menos conocidas, sumergiéndose en el mundo del jazz y concretamente del blues de una forma natural y hasta cierto punto sorprendente, llena de swing e intencionalidad; otro de los momentos más celebrados por el público que llenaba absolutamente la sala.
Volvía a Joan Manel Serrat, del que dijo, literalmente, que la primera vez que lo vio, cuando se lo presentó su hermano: “Vaig caure de cul” [Me caí de culo]. De él, esta vez cantó Cançó de l’amor petit. Tras él un homenaje als 16 Jutges, el grupo de cantautores que la acogió al llegar a Barcelona, representados por Lluís Serrahima, con quien compuso el tema Que volen aquesta gent, todo un referente, en su momento, de la lucha contra la dictadura del general Franco. Cerraba aquí el recital, entre el entusiasmo de los espectadores que, con su insistencia, consiguieron una nueva interpretación de la artista, en este caso una canción de Pau Riba, Es fa llarg, que, dijo, debería haber escrito ella.
Acababa así la presentación de su nuevo espectáculo, Homentges, donde, a través de canciones de la gente que ha significado algo en su vida artística, con la ayuda de unos músicos inspiradísimos que la arropaban en todo momento, Maria del Mar Bonet demostraba una vez más, porqué unas décadas después de su debut como artista sigue siendo un referente de la música catalana y de más allá, tanto como autora como en esta faceta de intérprete en la que consigue apropiarse de esos temas que ella ama y que, a través de ella, nosotros también acabaremos amando. +Info | Relacionados | Texto y Fotos: Federico Francesch | DESAFINADO RADIO