La Pandilla Voladora
The Faith Keepers | La Pandilla Voladora
Auditorio Natural de Lanuza, 26 de julio de 2013
Gran noche en la penúltima cita del festival Pirineos Sur en su emblemático escenario flotante de Lanuza. Y grande en muchos sentidos. Grande por el magnifico clima que tuvimos, según dicen la noche más cálida de todo el festival. Grande por la cantidad de público que asistió (exceptuando Paco de Lucia, la que más público tuvo). Y grande por el buen ambiente que se creó y por la fiesta en que se convirtió todo el Auditorio Natural de Lanuza.
Musicalmente fueron los zaragozanos de The Faith Keepers los que abrieron la noche y de qué manera. Venían abalados por numerosos premios y de su directo también se hablaban maravillas. Pues podemos afirmar que cumplieron con todas las expectativas.
El siempre esencial catalogo de Pirineos Sur, los definía bien: “son un demente cóctel de raw soul-funk, bugalú, sudor y la energía de un niño… ¡ritmo, sexo y funky chicken!”. Y de acuerdo en que no descubren nada nuevo, pero como aseveró su revoltoso cantante Borja, ni falta que les hace. Dos guitarristas con una velocidad en la mano derecha que muchos quisieran, tres vientos de una efectividad pasmosa, un batería y un bajo compenetrados y arrolladores y un cantante de buena voz para estos ritmos negroides y con una movilidad “jaggeriana”, que además tiran de repertorio propio y hasta se atreven con alguna versión (James Brown) que no desmerece. Pudiera ser que su misma propuesta es una sala hubiera subido la temperatura muchos más grados y que aquí, con la distancia, se perdiera efectividad, pero ellos lo dieron todo y eso es de agradecer. Aunque el único consejo que me atrevo a hacerles es que intenten utilizar el castellano para cantar, seguro que pueden hacerlo y les haría ganar en personalidad. De hecho, en su actuación, invitaron a Dr. Loncho para que se rapeara un par de canciones y justo con el temazo Una cosa para cada lugar consiguieron un buen acelerón. Además acabaron con una frase que bien podría ser el título de una nueva canción: “no somos parte del problema, sino de la solución”.
Nos parece perfecto que Pirineos Sur siga apostando por dar oportunidades a grupos locales, así pueden presentar su propuesta a un buen número de público que quizá no los había venido a ver a ellos, pero que, como nosotros, se llevaron una grata sorpresa.Después de The Faith Keepers los súper-héroes de barrio de La Pandilla Voladora tomaron el escenario. Bueno, primero lo hicieron los tres musicazos que se sitúan detrás, Juan de Dios con teclados, Ricardo Moreno batería y el enorme Diego Cortés a la guitarra, y a continuación ese quinteto de estrellas voladas que son Muchachito, El Canijo, Tomasito, Albert Pla y El Lichis.
Ante todo el saber que se han juntado por el simple placer de disfrutar, hacerse unos bolos y hacer que la gente se lo pase bien también, ya te pone en aviso de que no vas a ver algo “nuevo”. Que la novedad es ver como pueden encajar las canciones de unos con las de los otros, o ver como se pueden intercambiar los papeles protagonistas en canciones que no son las suyas propias.
Y eso de que vienen a divertirse y a divertir, se aprecia desde el principio con solo ver ese vestuario que les han hecho y que te pone a sonreír instantáneamente. Su situación en el escenario, aunque no paran quietos un momento, es con Tomasito en el centro, Jairo y Canijo a cada uno de sus lados y con guitarras, y en los extremos Lichis al bajo y Albert Pla con guitarra también. Su repertorio son casi treinta canciones que incluyen “grandes éxitos” de cada uno de ellos y en esa lista Albert Pla ha tenido mucho que ver en su elección. De hecho se le nota que le encantan todas, porque el de Sabadell se lo pasa pipa cantando en todo el concierto y es sin duda el que más interacciona con el público. Aunque ese público también se lo pasó en grande, porque después de cantar Felicidad (de El Lichis), podía cantar el Azul (de Muchachito), o después de El lao más bestia de la vida, (de Albert Pla donde cada uno se cantó una estrofa), siguió La Primavera Trompetera (de Los Delinqüentes), o que tras el Camino del Hoyo de Tomasito (que no paró de quitarse ropa hasta quedarse en calzoncillos, pero con sus botas puestas con las que se marcaba unos zapateaos de lujo) sonó un Insolación (de Albert Pla) mejor que nunca.
Entremedio también alguna versión, propia como el 40 forajidos del G5, o lejana como el Todo me da igual (que es el Kiss Off de Violent Femmes y que ya hicieran Los Delinqüentes & Tomasito), o la rumbera Gitanitos y Morenos de Gato Pérez, o la tremenda Ama, Ama, Ama y ensancha el Alma de Extremoduro que causó furor. Después de dos horas de concierto casi continuo (solo hubo un intermedio donde Diego Cortés nos mostró todo lo que se puede hacer con una guitarra flamenca: percusión, ritmo, solos, o todo a la vez), se cantaron el único tema que han hecho conjuntamente y que tiene todos los puntos para convertirse en la canción del verano alternativa: Se Sale (del deporte también se sale). Y es que lo suyo hay que tomárselo igual que a los grupos punk, que no se les tenía en cuenta la precisión al tocar los instrumentos, sino su actitud. Pues lo mismo con esta pandilla de locos alegres, lo suyo se disfruta sin tenerles en cuenta que uno se lleve por delante el cable de la guitarra del otro, o que el otro le pise los pedales al uno, porque lo suyo es la reivindicación de la fiesta como terapia. Y eso sí que es algo serio. +Info | Relacionados | Miguel Amorós. | Fotos: Paco Manzano