Etnosur 2013
Etnosur 2013
Alcalá la Real, Jaén. Del 19 al 21 de julio de 2013
La decimoséptima edición del Festival de los Encuentros Étnicos de la Sierra Sur se ha coronado, un año más, con un rotundo éxito.
EtnoSur sigue siendo, sin duda alguna, el mejor festival de músicas del mundo del Sur de Europa. Su propuesta musical, este año centrada en la cultura eslava, añadida a las múltiples actividades que se desarrollan durante los tres días que dura el evento, todas ellas gratuitas, hacen de este encuentro un acontecimiento único.
Con una afluencia general de público ligeramente inferior a ediciones pasadas, Etnosur comenzó el viernes muy temprano con los talleres, cine y con la presentación del Festival y la entrega del Premio EtnoSur a la Fundación Vicente Ferrer en el centro social de La Tejuela. El grupo Pilgrims abrió el fuego musical en el Paseo de los Álamos, en el que luego pincharían, en la primera de las sesiones del Etnochill, Andy Loop y el dj neoyorquino Nikodemus, además del residente Pierrot. Seguidamente el conjunto valenciano de reciente formación Diouke propuso una curiosa fusión de afro-jazz en la plaza del Ayuntamiento, con una muy buena acogida por parte del público allí congregado. Y otro de los puntos más intensos de EtnoSur sigue siendo el circo. La compañía Eia nos sorprendió con su espectáculo ‘Capas’, lleno de poesía, humor, música y danza. Y el gran momento del día llegó. Los conciertos en el escenario principal, el Escenario EtnoSur. Desde Ucrania aterrizaba la propuesta de Dakhabrakha, que hizo las delicias de los asistentes. Cuatro músicos en escena que nos dejaron entusiasmados. Impresionantes. Tras esta apoteósica actuación salió el gran Jorge Pardo a presentar su ‘Huellas XXL’ con más de 100 músicos encima de las tablas, entre los que estaban la Asociación Pep Ventura, el Ensemble Cofrade de Alcalá la Real, los onubenses Diego Guerrero y Los Mellis, y la Big Band del Taller de Musics de Barcelona, entre otros. Una absoluta y maravillosa locura. Un concierto memorable, que se recordará durante mucho tiempo. Y tras ellos salió el francés Juan Rozoff, quien lo tenía difícil después de este delirio musical que acabábamos de presenciar. Pero el ‘Prince francés’ pronto se metió al público en el bolsillo con su descarga de un funk enérgico que puso a todo el mundo a bailar. Una magnífica noche que completaría a los platos en la Etnoteca Dj Nikodemus, del que un servidor esperaba más.
La jornada del sábado, que empezó igual de temprano con los talleres y demás actividades gratuitas, tuvo su inicio musical con la banda Batinkó, para dar paso a la segunda de las sesiones del Etnochill con Dj Grouncho, desde Barcelona, y Gypsy Box y Mata Hari, esta última con una propuesta electrónica demasiado dura para mi gusto, sobre todo por el momento y el lugar en el que se desarrollaba. El calor se sofocaba a base de chorros de agua que te mojaban desde todas direcciones y con sabrosos gazpachos, sangrías o cervezas, a precios muy económicos. En el escenario de la plaza del Ayuntamiento le tocaba el turno esta vez al grupo Salao y Jaco Abel y su flamenco eléctrico. Mientras disfrutábamos de la excelente voz de Salao, que seguro que dará mucho que hablar, que de hecho ya lo está haciendo, en el difícil mundo del flamenco, en el Escenario Circo hacían las delicias de grandes y pequeños las compañías Volaquivol y Zen del Sur, hasta tal punto que el entusiasmo por lo que se estaba viendo llegó a calar tan hondo que hasta se vieron lágrimas de emoción. Y es que Etnosur puede llegar a estremecer sobremanera. Y la segunda y última jornada musical nocturna la abrían los bielorrusos Ethno Trio Troitsa, que repetían festival, cosa que pasaba por primera vez en las diecisiete ediciones celebradas de EtnoSur. Tras el folk fusión llegó otro de los grandes momentos del festival con el grupo Auli, desde Letonia, y su impresionante folk letón a base de gaitas y tambores, llegando en muchos momentos a pensar que estábamos escuchando música electrónica. Grandes, muy grandes. El público enloqueció. Y si no habíamos tenido suficiente, y todavía nos quedaban fuerzas para bailar, las gastamos con el grupo BCUC (Bantu Continua Uhuru Consciousness) y su tremenda fuerza en el escenario. Bajo el lema ‘Music for the people by the people with the people’ nos sorprendieron con un directo arrollador, lleno de poderío físico y con una música de difícil catalogación, aunque ellos mismo la definen como ‘funky soul indígena’. Y para cerrar esta jornada le tocaba el turno a los platos al mexicano Gypsy Box, dj fundador de la Balkan Fever Party y miembro del colectivo United Global Beats. Su sesión estuvo basada en el sonido balkan, al principio muy comercial, para adentrase en sonoridades menos conocidas. Durante su actuación dejó a su amigo y miembro también de United Global Beats, Ion Din Anina, pinchar unos cuantos temas, para hacernos recordar a los más nostálgicos aquella memorable sesión que nos brindó este dj sevillano el año pasado en ese mismo escenario.
Y ya el domingo, con las fuerzas muy escasas por lo vivido en los dos días precedentes, el festival se desarrollaba casi en su integridad en el Paseo de los Álamos, en el que a la una y media de la tarde tenía lugar el concierto del grupo TouchWood y que no pudimos disfrutar debido a nuestro cansancio. Pero sí llegamos a tiempo para la última de las sesiones del Etnochill, en el que Pierrot más invitados ponían el punto y final a otra edición memorable de este festival que me apasiona. + Info | Relacionados |Alejandro López García – La Vuelta al Mundo en 80 Músicas