Isabel Rivera, el “Salao” y José Andrés Cortés

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Casa Sors, Barcelona 15 de abril de 2023

Descubrir un espacio nuevo dónde escuchar flamenco en Barcelona siempre es una buena noticia, si además se trata de Casa Sors, la felicidad es doble. En este espacio del Eixample puedes deleitarte viendo una colección de guitarras única en el mundo. Un espacio que compagina venta, exposición y taller de guitarras, junto a estudios de grabación, hasta Rosalía ha pasado por aquí, y una sala pequeña para degustar buen flamenco. En esta ocasión los artistas escogidos eran un trío que está dando mucho que hablar desde hace tiempo, tres catalanes que se prodigan en diferentes escenarios de la ciudad y que deberían ir ocupando lugares de honor en los festivales del género.
Isabel Rivera Cuenca, nació en Barcelona en el seno de una de las Peñas flamencas más antiguas de Cataluña, la Peña Cultural Andaluza Juan de Arcos y comienza su aprendizaje con tan sólo cinco años de la mano de la familia Aguilera. Sin miedo a asumir desafíos ha bailado por todo el mundo, te hablé de ella en su concierto en Jamboree con el pianista de Nueva Zelanda, Jonathan Crayford.
En la guitarra José Andrés Cortés, ganador del Bordón Minero al mejor toque en el Festival Internacional del Cante de las Minas, y al que tuvimos la suerte de escuchar en El Dorado el otoño pasado junto a Morenito de Illora. Y en el cante, un hombre al que llevó defendiendo desde su maravilloso disco Jara en el camino, 2014. José Antonio Martín Yañez, más conocido por el Salao. Para un servidor una de las mejores voces del momento, un cantaor que lo da todo y que sabe buscar dentro de su alma los sonidos más oscuros del cante.
Empezaron con unas alegrías que sirvieron para que la bailaora nos mostrara esa gracia que tiene y que la hace única, como comentaba después Isabel Rivera, esa picardía en el baile por alegrías no se puede planificar, sale cuándo una está a gusto y así fue. Después de las alegrías, en que Isabel fue la reina absoluta, se retiró y los dos compadres se fueron por rincones más oscuros.
Templó guitarra Cortés, y se marcó una entrada preciosa que auguraba taranta, Salao entró profundo y desgarrao, como exige ese cante. Las letras pasaban de la mina a los tempranos de Pedro Morato, hilvanadas por la fantástica guitarra de Cortés que sonaba de miedo. No podemos decir lo mismo de la voz del Salao que no acababa de sonar bien (culpa del micro, a mi entender) Pero con un cantaor así, no tardas en olvidarte de los problemas técnicos y te refugias en la sabiduría de los artistas. Se fueron por solea, y no tardó el Salao en irse al fondo de su alma, para abstraerse como él sabe hacer. La guitarra de Cortés acompañando en los momentos precisos y dejando que el cantaor desgarré sus sentimientos como le plazca.
Vuelve a deleitarnos Cortés con una entrada fantástica y Salao se va al fandango, el alosnero siempre ha admirado a Paco Toronjo y supo emocionar con el fandango a todo el público, hasta Cortés mostró su admiración por su compañero con un olé muy natural.  
Arrancó Salao con unas letras de martinetes, y por el lateral se fue incorporando Isabel Rivera, con cambio de vestuario. Había cambiado los vuelos para las alegrías, por un pantalón ajustado y una camisa de lunares, que le permitirían acercase a la seguiriya con más fuerza. De nuevo cantaor y guitarra le dejaron protagonismo, Isabel sabe bailar los silencios. El Salao sabe alternar las negruras de seguiriyas con martinetes y que todas esas letras le ayuden a la bailaora a templar con seguridad. El trío estuvo magnífico en ese final “terrible”, una pena que no siguieran por ahí un ratito más. Pero el esfuerzo requiere descanso y unos vinos y unas tapitas con los músicos también son parte del placer que ofrece la casa Sors. Un descubrimiento muy recomendable. + info | relacionados   

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