Ian Sala i els efectes secundaris

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4 fustes, Satélite K, 2017

Debo reconocer que pedí este disco por los dos músicos que acompañaban al autor el multi instrumentista Santi Careta (en este caso también productor) y el saxofonista y flautista Marcel·lí Bayer (de nada me sonaba el nombre de Ian Sala). Lo primero que me sorprendió al abrir el libreto, fue la gran cantidad de citas sembradas entre sus páginas. Entre canción y canción leía frases muy interesantes de personajes más o menos conocidos. La cosa pintaba bien. El primer tema es el que da título al trabajo, 4 fustes, “Enmarco amb 4 fustes un pany de cel i el penjo a la paret“ (María_Mercé Marçal) Seguramente por la armónica de Sala, lo primero que te viene a la cabeza es que otro hijo / nieto de Dylan ha aparecido en el panorama musical catalán (buena noticia) Buena música, letra de las que merecen escucharse y el folk sin fronteras se pasea con fuerza. Pont de somnis (Martí i Pol) intimismo, guitarra sencilla de cantautor (algún efecto de vientos de Bayer) entra Careta con su minimalismo, y las voces de Rusó y de Ian (supongo que hermanos) refuerzan la idea de Dylan pero ahora pasada por el filtro de otros músicos como Xavier Baró. Somni Causat pel vol d’un elefant al voltant d’un estel fugaç, Bayer y Careta saben que con este título van a tener que portar también su mundo “free” para reforzar el espíritu anarquista del texto, Sala canta con riesgo y Bayer puebla de efectos “animales” un tema reivindicativo. 30 anys, giro musical, volvemos al folk sin fronteras, guitarras guapas, espacios para que Careta meta un bajo precioso que sostiene con elegancia una composición que no inventa nada pero que merece quedarse en tu cabeza unos cuantos días ¡me encanta! Seguro que a Kiko Veneno (otro hijo del de Minnesota) la gustaría haberla compuesto. Espaguetis Helicoidals, guitarras sureñas, juegos entre Careta y Sala (imagino) y una letra de viajes interiores. Més de matins, amanecer campestre, sexo y juegos de palabras, todo para apartarte de la música ¡no te despistes!  Mientras Sala te envuelve con esa “cantarella” insinuante y verborreica, los músicos también proponen todo un festival de cambios y juegos traviesos que no debes perderte, por eso es un disco que hay que escuchar muchas veces. 1001 vides, otra de juegos de guitarras, lineal pero intensa, por un momento narra cercano a Albert Pla (otro placer) Bayer ofrece vientos y Careta percusiones y efectos para que lo lineal se vuelva más sinuoso y acabe acercándose todavía más al Somiatruitas. Sominis fets a pals, la flauta de Bayer da paso a otra reflexión de esas que te gusta saborear poco a poco, otro guiño a Pla (ahora como “versionador”  de Lou Reed) una de mis letras preferidas. Para cerrar L’home de les pedres, country en Cadaqués, de nuevo apostando por jugar con la voz con riesgo, y sacando esa armónica que cierra el círculo perfecto de un disco redondo. Aunque en toda la audición del trabajo me llegan recuerdos de Dylan, Pla, Veneno, Sisa, Baró, El Fill del Mestre, Joan Miquel Oliver, Riva etc, no me molestan en absoluto sino que me parece genial que Ian Sala me ofrezca este guiso lleno de buenos ingredientes en una receta actual y con unas letras que merecen ser escuchadas una y otra vez. + info | relacionados

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