Grbavica (El secreto de Esma)
Grbavica (El secreto de Esma)
Dirigida por Jasmila Zbanic
Bosnia-Herzegovina, 2005
Austero, desgarrado y de una tremenda actualidad: así es el primer largometraje de Jasmila Zbanic. Hija de un barrio vecino a Grbavica, la zona más castigada por el ejército serbio durante la guerra, esta directora novel saca a la luz una de las caras más controvertidas y dolorosas del conflicto balcánico: las violaciones sistemáticas como estrategia de humillación a las mujeres y de destrucción de un grupo étnico. Veinte mil mujeres fueron violadas en Bosnia-Herzegovina durante la guerra, una marca que sigue latente en el Saravejo de hoy, que vive entre un antes y un después de la guerra pero con una continua esperanza en el futuro. Pero más allá del mero escenario socio-político de esta pequeña-gran película, ésta es la historia de una madre luchadora, en solitario y a pelo, que tiene que conseguir dinero para que su hija pueda marchar de colonias, que compra sólo una trucha para comer y no para ella, que oculta su “gran secreto” para no decepcionar a Sara, su hija adolescente que observa a su madre llegar al amanecer después de trabajar como camarera en una discoteca. Y el gran acierto de la directora es un guión que nunca cae en la sensiblería barata, sino que demuestra el poder de la contención en los momentos más críticos, emotivos y dramáticos de la película. Grbavica es la otra cara del cine balcánico que mejor conocemos, el del excéntrico Kusturica, a pesar de que Mirjana Karanovic, la soberbia actriz que encarna a la protagonista Esma, sea una de sus habituales actrices. Los silencios, las miradas y las contundentes reacciones de Karanovic ahondan aún más en la profundidad de esta historia contada desde un país con una industria cinematográfica casi inexistente, pero con coraje para denunciar en voz alta y una capacidad ejemplar para cerrar heridas y mirar hacia delante. Aunque sangre, aunque duela. // María José López Vilalta, ‘La Morocha’