Enric Montefusco presenta Coros de Medianoche.
L’Auditori, 23 de febrero de 2022
La sala 1 del Auditori presentaba un aspecto variopinto, me hubiese gustado averiguar qué porcentaje de público aportaba cada artista. Estoy seguro que no era Montefusco el que lideraría las gráficas. Los Coros estaban formados por: Albert Pla, Nacho Vegas, El Niño de Elche, María Arnal y Los Hermanos Cubero. Y te preguntarás amigo lector, ¿qué adjetivos unen a estos músicos, para que Montefusco los haya seleccionado?, yo apuntaría, originalidad en voces y proyectos musicales y reticencia a los medios periodísticos. Ninguno de ellos es dado a aparecer en telediarios, programas de cotilleo ni nada por el estilo. Según Montefusco estos Coros nacen en el 2018, ante la necesidad del autor por la reivindicación cultural socio política y el interés por inspeccionar la canción popular. Mientras la mayoría de personas al oir canción popular piensan en folklore tradicional, Montefusco vuelve a la acepción de pop y en lugar de solicitar la presencia de Eliseo Parra o Miquel Gil piensa en estos músicos de pop i por lo tanto populares. Pero vayamos al desarrollo del concierto. Cuándo en 2018 apareció el disco de Montefusco, se trataba de un mini LP con cinco canciones, interpretadas por estos cinco invitados. La pregunta era, ¿cómo llenar un concierto con solo cinco canciones? Con un montaje escénico que bebía tanto de la Santa Cena apostólica como del Cant Espiritual de Carles Dénia, en la sala grande del Auditori había una gran mesa llena de comida y bebida esperando a los invitados a la verbena (representada esta por las típicas lucecitas colgantes) Presentó Montefusco el evento (señalando que era su última representación) y cantó junto a sus músicos Adiós (del disco Meridiana) que sirvió como un recibimiento a capella. El primer invitado (con melón en mano) era El Niño de Elche, que con Toda la fuerza que tengo, dejo claro porque su voz entra igual en el Sonar que en un concierto flamenco, una canción que refleja perfectamente la carismática voz del cantaor. Además de la guitarra de Montefusco acompañaron durante todo el concierto Ramón Rabinad a la batería, Jaime del Blanco tuba y violín y Bernie Sánchez, teclados, trompeta y guitarra. Imprescindibles para que se lucieran las estrellas. María Arnal fue la siguiente en aparecer, con el tema El Baile, la voz de Arnal y la guitarra de Montefusco en perfecta armonía. La batería densificaba el sonido. Empalman con un tema ahora cantado por Enric Montefusco, con Arnal en los coros, y la tuba acercándonos al folklore, desde una de sus primeras composiciones, Quien abre camino. Apareció a continuación el irreductible Albert Pla, con su uniforme habitual (botas de agua y el camisón Quijotesco) y descargó como era lógico La Casa Museo de Alberto, para un servidor esta composición de Montefusco se acerca mucho a la idea de su Teófilo Garrido, de echo el público no tardó en entrar al trapo y empezar a acompañar con las palmas. Había traído una alcachofa que usó como micro y que al final (siempre será un gamberro) lanzó al público. Y llega el turno del asturiano, Nacho Vegas aportó una botella de vino y su canción en el disco, Contra Osrománticos (Vegas es demasiado tímido para este tipo de reuniones, fue quien se mantuvo más distante y con ganas de terminar, pero todo se le perdona, por esa maravillosa voz) Volvía Montefusco a su trabajo personal, con el famoso Flauta Man. Arnal y El Niño de Elche se sumaron a los coros, a Vegas le costaba un poco más. Y llegan Los Hermanos Cubero, seguramente los folcloristas más originales del grupo, con su Tonada negra, dónde está incluida la frase de Los Coros de Medianoche. Los Cubero animan cualquier fiesta y para ello ya venían preparados con dos botellas de vino y la voz inconfundible de Enrique y la mandolina de Roberto ¡vaya par de tipos! , los cinco temas del mini LP ya habían sido interpretados. Todos juntos acompañando a Montefusco con sus palmas, empezaban otro tema emblemático de su álbum Meridiana. Todo para todos, es un tema ideal para cantar todos juntos y consiguieron que ese grupo heterogéneo cogiera forma, la voz de Enrique Cubero le dio un giro muy interesante. Después Arnal y Montefusco cantaron Miris on miris. A continuación Obra maestra, podías escuchar la voz de Arnal y ahora era Montefusco el que emocionado subido ya en la mesa, le acompañaba en los coros. Sin duda la más implicada era María Arnal que atacaba con Miénteme, letra de El Niño de Elche. Después sería El Niño el que se apropiaría de un tema de Los Cubero para llevarlo a su terreno, Maldita Urraca. Se fue El Niño a una mesa del rincón para poder jugar con los nudillos. Y su voz (entre Mairena y los cantos religiosos) ayudada por el violín de Jaime Del Blanco creo un espacio en la sala de respeto y admiración. Quisieron cerrar con un tema de Standstill (combo de Montefusco) pero el público no lo permitió y tuvieron que repetir Todos para todos, ahora sí con el público coreando dentro de lo posible, por las dichosas mascarillas. + info | relacionados | Fotos: May Zircus