El lenguaje de las flores

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El lenguaje de las flores
4Djazz, Palafolls, 27 de mayo de 2016

Un estreno siempre es motivo de celebración. Significa que a pesar del aguacero, la vida sigue. El temporal que arremete contra la cultura, 21% de Iva mediante, recortes a mansalva e indolencia a discreción, mantiene en la trinchera a un colectivo de creadores que no ceden en su empeño de seguir invirtiendo talento y arte allí donde otros ven entretenimiento y ocio. Así mismo en el bando de los programadores también subsiste una resistencia convencida de que vale la pena seguir en la brecha para abrir el camino a esas nuevas propuestas. Por todo ello cabe felicitar al equipo de Desafinado, Federico Francesch al frente, por mantener viva su iniciativa en Palafolls y por inaugurar una nueva edición con un estreno absoluto.

El espectáculo en cuestión, bajo el título genérico “El lenguaje de las flores”, reunía tres de las voces femeninas más sugerentes del panorama actual por estas tierras: la jazzista Celeste Alías, la flamenca Mariola Membrives y la tradicional Ángela Furquet. Amén de dos instrumentistas singulares como el contrabajista Masa Kamaguchi y la arpista Sara Águeda. Todos ellos al entorno de un repertorio ungido de temática floral a través de autores tan diversos y contrastados como Lorca, Virgilio Expósito, Valderrama, Machín, Manuel Montoya o Henry Mancini.

yH5BAEAAAAALAAAAAABAAEAAAIBRAA7 - El lenguaje de las floresEntre las paredes del desvencijado, pero encantador, teatro de Palafolls se dieron cita el último viernes de mayo y cumplieron con creces todo lo que se espera de un estreno. Léase inquietud, sorpresa, fragilidad, originalidad e incertidumbre. Puestos a hacer balance de cuentas, en el capítulo del haber nos quedamos con la naturalidad de Furquet en el “Canto de ordeño”, la luminosidad de Membrives en “Naranjo en flor” y la convicción de Celeste en “Days of wine and roses”. También a favor cabe destacar la participación de la arpista Sara Águeda, no tan solo por su adaptabilidad a un entorno contemporáneo ella que procede de la música medieval sinó incluso por su aportación vocal como una flor más del ramillete.

Más discreta fue esa noche la participación de Masa Kamaguchi, un experto surcador del ritmo que ha toreado en todo tipo de plazas aunque esa velada no le fue especialmente propicia. Y así es como situados en el debe de la hoja de cuentas, cabe anotar la cohesión de un repertorio y una puesta en escena un tanto deslavazada, la continuidad de un espectáculo con innecesarias pausas y presentaciones y un mejor ensamblaje entre voces e instrumentos que permitan, por ejemplo, que piezas cumbre como “La rosa cautiva” alcancen las cotas de catarsis que se merecen. El público fue amable y receptivo con los logros e indulgente y comprensivo con los altibajos. Las flores esparcieron su polen en forma de canto y ahora es necesario que germinen, si así lo desean, con el riego y los nutrientes que reclaman los tallos para fortalecer sus raíces y mostrar un jardín de pétalos variados pero bien sujetos a la corola. +Info | Relacionados | Texto: Pere Pons | Fotos:Federico Francesch