De Diego Brothers
De Diego Brothers
Ciclo Jazz a l´Auditori
El Vendrell, Auditori Pau Casals
7 de marzo de 2009
Días atrás, fuertes rachas de vientos llegaron a volcar árboles y camiones a unos escasos kilómetros del lugar. Las olas de entonces, feroces y hambrientas de contacto indecente, lamieron los muros de las casas apostadas más cerca del mar. El sonido de esas noches era una mal orquestada cacofonía de voces de ultratumba que venían fugazmente para llevarse las almas de los gatos incautos que pelaban la pava en los tejados. Pero, como si de repente hubieran llegado a la población unos magos de los vientos, todo volvió de pronto a la calma. De Diego Brothers hicieron con el aire melodía como los demiurgos configuran con arcilla sus criaturas.
Respaldados por una base rítmica de lujo –Elisabet Raspall al piano, Jules Bikoko en el contrabajo y el imaginativo Caspar Saint Charles en la batería–, los hermanos De Diego revisaron parte del repertorio contenido en el disco Live in Bilbaina Jazz Club (Artimaña Records, 2005) y estrenaron algunas inéditas propias como la muy sensible Aiztak (Hermanas, en euskara). De estilos muy dispares, el nombre de Víctor de Diego puede rastrearse en sendos trabajos de Gorka Benítez, Jaume Vilaseca y Ramón Díaz Group, entre otros (incluso en alguna canción de Peret y Serrat), mientras que Juan de Diego ha colaborado con Xavier Maristany, Freaky Trio, Lucrecia y hasta los Azucarillo Kings. Pese a esas diferencias, juntos sobre el escenario componen un muy bien compenetrado dúo. A partir del dibujo de una mínima línea melódica, los De Diego se irán intercambiando largos solos en los que la improvisación adquiere un papel muy controlado. Así, si bien la expresividad del trompeta es más elegante y afilada, en ocasiones casi cortante, Víctor posee un lenguaje ágil y muy dinámico, más seguro y potente que entrelaza a la perfección con las fugas y contrafugas de la banda que le acompaña. Desde su primer álbum como líder solista –Speak Low (Taller de Músics, 1993), Víctor de Diego ha ido desarrollando un swing verdaderamente contagioso: el vasco incendia el saxo en todas y cada una de sus intervenciones en Garota, Luciérnaga, el cover de Lee Morgan Boy, what a night o en ese estreno de la noche que presentó su hermano, El sueño de Beatrice –ligeramente experimental en su inicio, trazando una atmósfera de tensión y de magia que posteriormente relajarían para dar entrada al tema (en parte, la pieza surgía de una fea anécdota por las políticas conservadoras que clausuran los bares y clubs nocturnos de jazz en Barcelona por aquello de “mantener el orden”)–.
Al buen hacer de su música sin duda contribuyó la excelente acústica del sitio, efusivamente elogiada por los intérpretes que, más allá de los aplausos del final, alargaron la velada hasta la hora y media. A tenor de la calidad del concierto inaugural, se le hace a uno la boca agua imaginando cómo será el resto de este ciclo de jazz que ha preparado el Auditorio Pau Casals, con un estupendo cartel que cuenta además con Peter King, Jerry Bergonzi y Perico Sambeat entre muchas otras citas. // Iván Sánchez Moreno