D’Callaos, X Makeena
D’Callaos, X Makeena
Presentación del Cruïlla BCN
Sala Apolo, Barcelona
15 de mayo de 2008
El festival Cruïlla de Cultures, que va a celebrar pronto su cuarta edición en Mataró, desembarca también este verano en Barcelona. La Casa de la Música Popular, organizadora del evento, ha decidido llevar los ritmos de los distintos rincones del planeta hasta la capital catalana. Será en agosto, la noche del 30, y tiene la intención de llenar el recinto del Fòrum con una larga lista de grupos musicales de aire distinto. Pero todo nuevo evento debe publicitarse, y eso es lo que hicieron en la sala Apolo. Para caldear el ambiente previo al Cruïlla BCN invitaron a D’callaos y a los franceses X Makeena, que cumplieron su objetivo.
D’Callaos es actualmente uno de los grupos con más proyección dentro de ese mundillo del flamenco-rock con tintes étnicos que tan de moda puso Ojos de Brujo. Que estuviesen en la fiesta de presentación del Cruïlla no nos extraña en absoluto. La Casa de la Música apostó por ellos desde sus inicios, y sigue haciéndolo en la actualidad (D’Callaos actuaran también en el Cruïlla BCN y en el de Mataró). Pero eso no quita mérito a los músicos. Tienen un directo potente, que asegura el baile de todo el público, y que complementan con un CD más tranquilo, con mucho flamenco, y que además distribuyen gratuitamente a través de distintas páginas web. Ésta estrategia de promoción ha contribuido, seguro, a que sus conciertos estén llenos de un público fiel, que conoce sus temas y que disfruta con cada uno de ellos, como pasó en el Apolo.
Y de segundo plato, X Makeena, hip-hop francés con escenografía de regalo. Impresionante la puesta en escena del grupo, con un inicio de semi-performance que auguraba algo potente. Debo confesar que el hip-hop no está en mi lista de estilos musicales favoritos, pero los franceses me convencieron sin lugar a dudas. Su verso cañero, que recordaba el más puro Dance-hall Jamaicano, convirtió a los presentes en el Apolo en una marea de cabezas que subían y bajaban a un ritmo constante, sin que la fuerza echara a perder las sutiles melodías que esconden las palabras recitadas con estilo.
En fin, una fiesta. Solo se echó de menos que en el intermedio, cuando los responsables del Cruïlla salieron a presentar el festival de Barcelona, no nombrasen también a su hermano mayor, el Cruïlla de Cultures de Mataró, que no en todos los conciertos consigue el público que merecerían los artistas que allí actúan.// Rita Villà Taberner