Chiqui de la Línea
Chiqui de la Línea
Festival de Músiques del Món
Barcelona, L’Auditori
3 de octubre de 2007
El cantaor gaditano José Miguel Cerro acompañado por Manuel Castilla a la guitarra, presentó en este certamen de músicas del mundo una selección de palos flamencos unidos por las letras de carácter religioso. Chiqui de la Línea además de buen cantaor es un experto flamencólogo y eso siempre es de agradecer, no tiene por que ir reñido el genio con la cultura. Con una pequeña introducción donde dejó claro que no sólo las Saetas son sinónimo de religión ya que el pueblo andaluz tiene al menos tres fechas claves en sus homenajes religiosos, las Navidades con sus villancicos, perfectamente adaptables a las Bulerías como demostró para cerrar el evento, la Semana Santa con sus saetas, en ese cante fue donde tuvo uno de los mejores momentos de la noche, el otro para un servidor fue en las negras Seguiriyas que trato con la profundidad que se merecen, volviendo a las fechas señaladas, la tercera por supuesto es la llegada de la primavera, con esas ferias, romerías y todo tipo de eventos que aparecen como setas por la geografía sevillana, es el momento de cantes más sencillos como las sevillanas. Empezó con Malagueña alargada en una Rondeña, después una Farruca (de reminiscencias gallegas según el de Cádiz, que pequeño es el mundo), la grandiosa Solea, unos Tientos, una Saeta, donde la voz no necesitó apenas guitarra, una recreación propia sobre un poema de San Pablo en su carta a los Corintios, Si me falta el amor. Explicó como las peteneras tienen tres sitios que disputan su paternidad y los unió en un solo cante, (judíos de los Balcanes, Paterna de Murcia y Paterna de Cádiz, supo quedar bien con todos), cerró como he comentado con las bulerías usando los villancicos gitanos. Chiqui es un experto y su cante es sereno y con el temple que merecen los cantes profundos, quizás le falto el jaleo del público pero el cantador estuvo un poco frío para mi gusto, el flamenco además de estilo y conocimiento necesita un poquito de rajo y a veces salirse de madre. // Cándido Querol