Chicuelo

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Ciutat Flamenco. Luz de Gas, 16 de mayo de 2019

El sexteto de Chicuelo, después de lo que escuchamos en este concierto, está llamado a ser el fiel seguidor del sexteto de Paco de Lucia. Al igual que el maestro de Algeciras, el de Cornella ha sabido rodearse de unos músicos de gran calidad como interpretes y además plantear el bolo compaginando los diferentes formatos (trio, cuarteto, quinteto)   Empezaba la noche con su faceta de solista, aun que le acompañaban Carlos Caro (violín) y Paco de Mode (percusiones) en escena, se dedicaban solo a matizar, dejando que Chicuelo hiciese sonar la guitarra con poderío y finura. A pesar de un problemilla de micro que le obligaba a dejarse los dedos (enseguida fue resuelto) todo era impecable. Se quedó solo en el segundo tema y nos tocó una soleá de las que te dejan sin sentio. Aparecen de nuevo De Mode y Caro y se suma el cantaor Joaquín el Duende, con este cuarteto arrancan por unas alegrías que demuestran el buen hacer de El Duende, potente y con muchos recursos para engrandecer este cante. Siguieron con unas bulerías que se fueron transformando en canción. Sale Javi Martín al bajo eléctrico y ya como quinteto nos ofrecen Zalameo, que en su nuevo trabajo, Uña y Carne, 2019 canta La Chicuela. El concierto va aportando todo tipo de combinaciones pero sigue un  teclado en una esquina de momento vacio, es el momento de presentar a Carlos Sarduy, para el que no conozca al cubano, decir que ya trabajó con Chicuelo en el disco Sintonías que el de Cornella realizó con Marinah. Y es que Chicuelo está metido en tantos proyectos (atento a su formación con Marco Mezquida y Paco De Mode) que no sé si necesita ensayar mas. Con la entrada de Sarduy nos ofrecen, también del disco, Flores. Se va el cantaor y empieza un set instrumental con gran presencia de Sarduy y de Martín. Conduciendo el flamenco a otros estilos, en algunos momentos parece que el propio Sarduy esté cantando el tema con su trompeta. Pero por mucho que el sexteto demuestre su buen  hacer, por encima de todos siempre está Chicuelo, increíble con una mano izquierda que era un placer observar, con unos tremolos potentes para reforzar conceptos. Quiso acabar con unas bulerías que dedicó a la Torre Miranda de su pueblo (torre que según él lo controla todo) pero estaba claro que el público no lo iba a permitir, después de volver  a presentar a su banda reclamó la presencia de El Duende y quisieron acordarse de Camarón con el martinete Las doce acaban de dar. Una sala llena despedía con calurosos aplausos  de un público que sabe del recorrido que ha hecho Chicuelo en todos estos años y que salió muy satisfecho de la gran noche que nos había ofrecido. Una gran inauguración de festival, ojala sigamos con este nivel todos los días.  + info |relacionados | fotografías: Maud Sophie Andrieux

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