Buika

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Buika
“La noche más larga”, Warner Music, 2013

En 2011 se publicó el disco de Concha Buika, En mi piel. En realidad era una especie de recopilatorio de temas la mayoría ya publicados en otros trabajos de ella, a los que se les añadía Se me hizo fácil y Por el amor de amar, de la B.S.O. de La piel que habito, la película de Pedro Almodovar en la que ella hacía una aparición. Era un disco extraño, especialmente porque aun siendo, como he dicho, un recopilatorio no se anunciaba abiertamente como tal. ¿Qué significaba? ¿Un intento de recoger beneficios por parte de la productora, como si fuera un valor en bolsa? ¿La incapacidad de lanzar un nuevo proyecto? Parece ser que en ese momento, Concha Buika había perdido la conexión con su manager y su productora (en la página web de casalimon.tv se han borrado las referencias a la artista). Es este un tema que espero que ella misma me lo pueda explicar algún día.

La noche más larga, hasta en su título lleva implícito una especie de exorcismo contra un momento más o menos oscuro del que Concha Buika consiguió salir gracias a su Tribu, como ella denomina a su amplio entorno, que abarca a personas relacionadas la música, entre ellas los artistas que la acompañan; amigos que se preocupan por ella; y también sus admiradores que reclaman constantemente su presencia en escenarios o grabaciones. Ellos la insuflaron los ánimos suficientes para, después de encontrase con casi cincuenta conciertos anulados sin saber ella ni cómo ni porqué, encontrar las fuerzas necesarias como para relanzar su carrera y volver a los escenarios y editar este trabajo.

Una vuelta gloriosa al directo, que la está llevando a recorrer salas de medio mundo, y que tuvimos ocasión de ver el pasado verano en Porta Ferrada como comentamos en esta misma publicación. Una actuación esplendida aquella, donde hubo un momento en el que dijo: “Detrás de cada ruptura hay un día en que las cosas empiezan a molar, ¡y estoy en esos días, hombre!”. Y este pasar página, se nota en el disco por varias razones, tanto de repertorio como de tratamiento del mismo.

La noche más larga tiene cinco temas de la artista, y siete más, que ella ha escogido por diversas razones de autores como Ernesto Lecuona, Jacques Brel, Fito Paez, Billie Holiday, Abbey Lincoln, Roque Narvaja y Dino Ramos que forman una especie de puzle imposible que Concha Buika resuelve insuflando a cada una de las composiciones su forma característica de cantar, mejor dicho, de interpretar que es lo que siempre hace ella cuando se enfrenta a una canción. Y así resuelve esa posible falta de unidad en el repertorio, teniendo en cuenta, también, la aportación fundamental de sus dos fieles músicos de cabecera, Iván “Melón“ Levis y Ramón Porrina, responsables de los arreglos y coproductores junto a la cantante del trabajo, inseparables los tres desde hace mucho tiempo. Entre todos han creado un mundo donde las palabras son fundamentales, apoyadas en una forma de expresarlas libre y más cercana a lo que entendemos como un directo que como una grabación en estudio, como esta. Comentaba ella que en algunos momentos, iban arreglando los temas sobre la marcha, de forma directa y espontánea. Repasémoslos uno por uno:

El primer corte del disco es Sueño con ella, que había publicado ya en su anterior trabajo, pero que aquí interpreta de forma muy distinta. Iván “Melón” Levis y ella fueron dándole forma a la vez que lo interpretaban, en una nueva versión muy diferente a la anterior, con la voz y el piano como protagonistas.

Siboney es un tema que compuso Ernesto Lecuona al final de los años 20 del siglo pasado y que ha estado versionado por interpretes tan distantes como Dizzy Gillespie o Alfredo Kraus, además de por muchos otros relacionados o no, con la música latina. Dice Concha Buika que fue Chucho Valdés quien le dijo que era una canción para ella (aunque también dice que fue el cantante portorriqueño Edgardo Monserrat quien se lo comentó) Una versión que ella acelera respecto a otras muchas que hemos oído y en la que se permite un final con su voz dibujando una melodía por encima de los coros, todo ello con unos tambores de recuerdo afroamericano.

Ne me quitte pas es un tema que hace tiempo quería versionar y que finalmente ha hecho en este disco, tan solo un par de estrofas del texto de Jacques Brel que ella pronuncia de forma casi textual, y donde se deja llevar por el sentimiento que la misma canción encierra y que le llega tan dentro que dice que no sabe si podría llegar a cantarla entera: “Sin romperse”.

Yo vengo a ofrecerte mi corazón es una canción de Fito Páez que ella escuchó por primera vez en una versión de Mercedes Sosa. Nuevamente se deja llevar por las palabras elevándolas a un estado de absoluta sinceridad, con esa idea de esperanza que desprende lo que canta y como lo canta, mientras habla de la lucha por sobrevivir. Otra muestra de absoluta identificación y apropiación de un tema.

La nave del olvido el tema de Dino Ramos que escuchaba su madre y que le trae sentimientos contradictorios: “Es una canción que me hiere y me cura a la vez”. Un final apoteósico, de una melodía que la hemos oído cantar en vivo repetidas veces, que refuerza la idea del disco más cercano al directo que al estudio.

La noche más larga, que da título al disco, referencia a esa situación de la que hablábamos al principio, es una composición propia donde busca lo de bueno y positivo que tiene cada momento, aunque sean aparentemente vivencias muy negativas: “Sé que no hay nada imposible, /sino seres incapaces…” canta Concha Buika.

Don’t explain debería significar un cambio estilístico importante con todo lo anterior al tratarse de un tema de Billie Holiday, pero Concha Buika vuelve a imponer su particular personalidad, en este caso con una guitarra flamenca marcando los tiempos, y nos hace olvidar el origen de lo que canta, esa demanda al amante de que se quede, sin explicaciones…

No lo sé: «La hice con Pat Metheny, que es mágico”, explica ella. Uno de aquellos músicos que ella admira desde siempre y que junto a otros como Chick Corea o Chucho Valdés, comenta, son “todos estos sinvergüenzas que me han robado todos mis miedos. Ahora he de perseguirle para que me los devuelvan”. Una preciosa guitarra la del músico norteamericano que subraya esa voz que habla de los problemas de la razón que: “Nos hizo libres /y esclavos de la culpa”.

Santa Lucía, el tema de Roque Narvaja que popularizó Miguel Rios, de quien ella era fan desde pequeña, lo lleva hacia unos ritmos cercanos al jazz donde se luce Iván “Melón” Levis, mientras ella prosigue esa casi fagocitación de las canciones del disco.

Los solos. Nuevo tema compuesto por la cantante, con una introducción en su lengua africana de origen. Un tema como casi todos los suyos, donde nos va llevando por melodías puestas al servicio de los contenidos líricos. “Los que más amamos, siempre estamos solos” decía la cantante, explicando un tema que hace muchos años que compuso, y al que le dio diferentes formas hasta llegar a esta.

Como era, nuevamente de Concha Buika, está en la línea de la anterior en cuanto a interpretación, aunque aquí hay una mezcla del trópico y la rumba en el tratamiento formal. Una reivindicación más, en el disco, de su música que en una ocasión me dijo que no le dejaban poner en sus discos anteriores, tanto como ella hubiese querido…

Throuw it away de Abbey Lincoln cierra el trabajo. Un tema que ella dice que es como un mantra, una melodía que tenía metida en su cabeza y que necesitaba sacar a la luz para dejar paso a otras que, seguro, estaban empujando.

La noche más larga es el primer disco de esta nueva andadura que Concha Buika ha empezado después de su anterior etapa. Ella no habla de ciclos ni de metas; habla de caminos que a veces llevan hacia lugares no previstos pero que va siguiendo, porque la vida es un continuo avanzar dejando atrás lo bueno o lo malo y viviendo lo que va sucediendo.

Para muchos no será éste el disco esperado de la cantante. Un disco sin coplas, sin rancheras… con más canciones de autoría propia que a lo que nos tenía acostumbrados, pero no se puede dudar que en él, Concha Buika ha dejado que sus sentimientos, que sus ideas, y que su música surjan, de forma libre y espontánea, de lo más dentro de su interior, con el apoyo incondicional de sus compañeros, ya citados, en esta travesía, consiguiendo que su voz, su personal voz que a unos nos encanta y a otros puede que no tanto, luzca en su máximo esplendor. Un nuevo camino, del que seguiremos atentamente sus pasos, el que ha emprendido Concha Buika que, como a ella le gusta, no tiene metas fijadas ni roderas marcadas por las que se ha de transitar. + Info | Relacionados | Escucha el programa Federico Francesch | DESAFINADO RADIO

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